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Las Incondicionales

jueves, 19 de agosto de 2010

Capitulo 18 Amar y Correr


Okidoki, les cuento...no hay caso, cada vez que quiero subir de manera constante pasan cosas que me alejan de ustedes. Esta vez simplemente les cuento que alcance a adaptar el capi de Custodiando pero no pude transcribir el de Milagros inesperados ni el de Amor a Toda Prueba...aaaggg...pero prometo de la prox semana si o si. Aunque me tenga que encerrar en el baño con la laptop para poder escribir ^^
Ok, nuevo capi, no es tan largo como los otros pero es igual de intenso...Realmente espero les guste por que yo lo ame, al menos al principio ^^
Gracias mis niñas por ser tan constantes y por que mas encima han recibido demasiado bien a mi linda Fer (que escribe demasiado bien, por cierto).
Miles de besos
Ah, antes que se me olvide, yo se que muchas de ustedes estan esperando la secuela de LOS 10 PASOS verdad?, bueno, les cuento que tanto ese fic como Deseo Incontrolable tendran su propio blog, con links en este mismo blog para llegar a ellos...se preguntaran porque? Bueno, a mi me desespera ver tantos links en un blog asi que decidi que con hacer un solo clik seria suiciente para llegar a la historia, no creen ustes?
Bueno, no las aburro mas y las dejo leyendo este nuevo capi...AMAR Y CORRER...el titulo no les dice algo??
Besos...LAS QUIERO
NENY W CULLEN


CAP 18 AMAR Y CORRER.

Bella no supo descifrar qué la despertó pero, cuando abrió los ojos, se encontró con la mirada de Edward. Advirtio que aun era de noche y la luz de la luna se colaba por la ventana haciendo que la imagen de aquel playboy se hiciera presente.

Tan sexy, tan eróticamente perfecta que se sonrojo al recordar que estaba desnuda sobre el pecho de el y bajo la mirada ante su insistente sonrisa.

-Mirame Bells- susurro el cuando le acaricio la mejilla. A ella le gusto el apodo y sonrio, en cuanto volvió a mirarlo el ataco sus labios con tal lujuria que se sintió humedecer en segundos. Gimio en su boca cuando la lengua de el reclamo el espacio que se le habia concedido hace unas cuantas horas atrás.

Edward estaba en total extasis, no podia creer que aquella mujer gimiera su nombre en pleno orgasmo, o que lo encendiera con solo una mirada…se sentía perdido. ¿alguna vez fue un maldito playboy de la farandula local?, realmente lo dudaba. Porque ahora se sentía completamente humilde ante las caricias que ella le daba.

Suavemente se poso sobre ella indicándole su deseo por una ronda mas. Solto su boca y bajo por el cuello de Bella, quien de manera instintiva y sensual lo arqueo para darle mas espacio a saborear. Ella jadeaba pesadamente y sintió como el acariciaba cada una de sus células…con la boca, con su lengua, con sus manos.

-Edward…- ella jadeo su nombre cuando sintió la punta de su erección en la entrada de su centro

-Gracias Bella- susurro el acariciándole la cara suavemente y besándola con ternura a medida que entraba en ella. Cuando estaba a punto de llegar hasta el fondo, el retrocedió haciéndola gemir y poner un hermoso puchero en sus labio. Edward sonrio de manera torcida y la miro con esos profundos ojos color miel…recordándole a Bella que era una presa ente tanta maravillosidad de hombre. El Romeo corazón de la prensa, el Playboy de la farandula estaba entre sus piernas haciéndole el amor de manera tan lenta que parecía una tortura.

El volvió a hacer lo mismo entrar y salir suavemente, lenta pero segura. Bella arqueo su espalda de placer gimiendo con fuerza que lo hiciera de nuevo

Edward arremetió contra el cuerpo arqueado de Bella y volvió a disfrutar del manjar que los pechos de Bella eran para su paladar. Ella se aferro con fuerza a la espalda de el enterrándole las uñas ante el placer que el le daba. Adentro y afuera de ella sentían como se desvanecían las diferencias.

Eran un hombre y una mujer, nada mas que eso, no habia diferencias de dinero cuando el tomaba entre sus manos los pezones endurecidos de ella y los saboreaba, no habia diferencias de estatus cuando ella mordía el lóbulo de la oreja de el y gemia su nombre, no habia diferencia de personalidades cuando ambos aumentaron el ritmo de la danza mas antigua y placentera que existía.

Cuando ella llego al orgasmo grito el nombre de el con tanta fuerza que sintió que le desgarraban la garganta. Y Edward, en cuanto sintió el orgasmo grande y placentero que le dio a la maravillosa mujer que tenia bajo el, se le lleno el pecho de orgullo y revento con un grito ahogado escondiendo su cabeza en la garganta de ella.

Los jadeos eran lo único que se escuchaban en la habitación, junto con los besos que Edward repartía en la garganta de Bella. Volvio a su boca que lo esperaba ansiosa. Cuando el oxigeno se hizo necesario se soltaron a regañadientes y se miraron con adoracion. Ella sonrio y cerro los ojos agotada ante la maravillosa experiencia que Edward Cullen le habia entregado.

Bella advirtió que casi había amanecido. Todavía estaba oscuro pero podía oírse el zumbido del tráfico de la autopista, y sonaba de un modo bastante uniforme, lo cual indicaba que se acercaba la hora punta. Bostezó, y se habría desperezado de no haber sido porque estaba tumbada boca abajo y Edward la tenía tomada por el hombro. No quería moverse demasiado, no quería despertarlo.

¿O sí?

En el momento en que ese pensamiento cruzó su mente, Bella sonrió. Aun horas después de la sesión de sexo más increíble de toda su vida, sabía que Edward debía de estar tan exhausto como ella. Lo cual significaba que no tenía que despertarlo, que debía permanecer quieta y en silencio para que el pobre muchacho pudiese descansar.

Al fin y al cabo, ser uno de los mejores amantes del mundo con toda probabilidad le exigía mucha energía. Así pues, cerraría los ojos y se dormiría de nuevo. Tendría que esperar un par de horas más para hacer el amor con él otra vez...

Bella bostezó y se desperezó y, al ver que Edward apenas se movía, se volvió boca arriba y le dio una pequeña sacudida. Él siguió dormido y Bella se sentó y le clavó un dedo en el hombro.

Fue entonces cuando se fijó en la hora en la radio despertador, o mejor dicho, cuando no la vio.

—¡Mierda! —Bella salió de la cama. Aunque el día prometía ser caluroso, durante la noche había refrescado. Al salir de debajo de las sábanas, y lejos del calor que Edward y ella habían generado, el aire frío le arañó la piel. Se puso los vaqueros y la primera camisa que encontró a toda prisa. Resultó ser la de la bolera con el nombre de Carlisle, se la abrochó y caminó hacia la puerta.

—¿Qué ocurre? —Con los ojos todavía cerrados y la voz ronca debido al sueño y a los últimos susurros de la pasión, Edward movió las manos a ciegas bajo las sábanas en busca de Bella. Cuando advirtió que no estaba, se puso boca abajo y se alzó apoyándose en los codos—. ¿Dónde vas?

Con un mechón de cabello sobre la frente, los ojos medio cerrados y el pecho desnudo brillando a la tenue luz, Edward se veía delicioso. Lo bastante delicioso como para que Bella no fuese a ningún sitio, para que volviera a meterse en la cama y se colocara encima de él. Seguro que de ese modo se despertaría del todo.

Pero entonces miró el reloj y decidió que cualquier placer debía esperar.

—Abajo —respondió. Aun no estaba segura de por qué había hablado en voz baja pero tal vez se debía a las sombras grises del amanecer o a que los pocos pájaros de la vecindad todavía no habían despertado y no se oían sus cantos—. La electricidad se ha cortado otra vez —le explicó—. Probaré el generador auxiliar en el sistema de alarma.

—Ok, yo haré el café.

Era sólo un ofrecimiento, pero la idea de que Edward bajase a la cocina con ella en lugar de quedarse durmiendo produjo en ella un curioso efecto. Notó un nudo de emoción en la garganta y, cuando lo vio salir de la cama y ponerse el calzón negro de gimnasia, advirtió que tenía los ojos brumosos. Apartó ese pensamiento de su mente junto con las lágrimas en que se disolvía el nudo de la garganta y se preguntó cuál sería su aspecto con el cabello alborotado. Se acercó a la puerta y alcanzó el tirador.

Mientras lo hacía, ocurrieron tres cosas. No tuvieron lugar las tres al mismo tiempo pero, como ocurrieron tan deprisa, Bella no supo decifrar cuál de ellas fue la primera.

La puerta se abrió y la deslumbró un destello. El ruido seco de un arma de fuego automática resonó en la habitación.

—¡Edward, al suelo! —Instintivamente, Bella rodó por el suelo. Se puso en pie al otro lado del umbral y juzgó la situación lo más deprisa que pudo. Vio a Edward tumbado boca abajo al fondo de la habitación, junto a la cama.

No sabía si lo habían alcanzado. No tenía tiempo para averiguarlo y tampoco podía darle una segunda oportunidad al asesino, pues estaban atrapados como peces en una pecera, en una habitación del piso de arriba y sin posibilidad de escape.

A excepción de la puerta.

Bella hizo acopio de fuerzas y de ingenio. Se obligó a contar hasta cinco tres veces antes de salir al pasillo. Fue una maniobra imprudente y estúpida, lo bastante impulsiva como para sorprender al hombre que estaba al otro lado de la puerta, dispuesto a disparar de nuevo.

Con un grito que esperaba que sonase tan fiero como para asustar de veras, atacó a la figura vestida de negro con un gancho de izquierda que le hizo soltar el arma. Intentó agacharse y hacerse con ella pero resbaló hasta el fondo del pasillo.

Antes de decidir si lo mejor era agarrar el arma del atacante o correr en busca de su bolso, donde guardaba la suya, Bella recibió un golpe en la parte posterior de la cabeza. Se tambaleó, se recuperó y se volvió sobre sí misma sin cesar de lanzar patadas. El tipo se dobló por la mirad con una maldición y, aprovechando que tenía ventaja, ella lo agarró por el brazo izquierdo y se lo dobló detrás de la espalda.

Un matón de poca monta habría quedado incapacitado o, cuando menos, reducido en cierto modo, pero antes incluso de que alzase la cabeza y la mirase, Bella distinguió sus ojos incoloros y su pálida piel, por lo que supo que no se trataba de un asesino de tres al cuarto. Los mejores no se rendían con tanta facilidad. El tipo rodeó con su brazo derecho el cuerpo de ella y la agarró por el hombro, tirando de ella y retorciéndola a la vez. Salió despedida por el descansillo y chocó contra la ventana. Los cristales se rompieron, pero el marco resistió. Se golpeó la cabeza contra la madera y rebotó hacia atrás. Habría salido por la ventana de no haberse sujetado en algo.

Ese algo resultó ser su atacante que, de forma automática, retrocedió. Antes de que tuviese tiempo de recuperar el equilibrio, Bella colocó uno de sus pies detrás de los de él y empujó. Como era de esperar, cayó, y Bella sabía que estaba tan cerca de los peldaños que no podría ponerse en pie. Rodó hacia atrás y cayó por la escalera, pero no sin antes agarrarla y hacerla caer con él.

El mundo dio vueltas a su alrededor durante lo que pareció una eternidad. Después, todo se sucedió muy deprisa. Bella se golpeó contra los peldaños. La alfombra era delgada y barata y no ofreció protección alguna. Mientras caía, con los brazos y las piernas entrelazados con los del asesino, notó todas las duras aristas de madera escondidas bajo la cochambrosa alfombra verde. Se golpeó en la cabeza y en la espalda. En la confusión, el matón consiguió pasarle las manos alrededor del cuello y ella notó la presión de sus dedos apretándole la tráquea e impidiendo el paso del aire.

Llegaron a la base de las escaleras con Bella plana en el suelo y el matón encima de ella. De forma instintiva, luchó contra la oleada de pánico que amenazaba con darle ventaja al asesino. No sin gran esfuerzo, consiguió soltarse los brazos e intentó arrancarle los dedos de la garganta. Al ver que no lo lograba, empezó a dar patatas y a combarse para poder serpentear bajo él. Oyó que Edward la llamaba desde muy lejos. Dio gracias al ángel de la guarda encargado de velar por el millonario playboy porque, al parecer, estaba sano y salvo, y deseó que tuviese la sensatez de marcharse lo antes posible lo más lejos de la casa.

No lo hizo. Le oyó salir del dormitorio y bajar las escaleras. Bella supo que tenía que hacer algo y hacerlo deprisa. Vio una explosión de estrellas detrás de los ojos y sintió que estaba a punto de perder la conciencia. Imposible. Se obligó a volver a la realidad y palpó a su alrededor en busca de algo que pudiese servirle de arma. Lo único que encontró fue el sujetador, que seguía donde lo había dejado la noche anterior.

Los que mendigan no pueden vencer, sobre todo los que mendigan con la tráquea a punto de reventar. En la oscuridad, Bella pasó la tira del sujetador por la oreja del matón y se lo colocó sobre los ojos.

No era una maravilla de plan, pero sus pechos no eran lo bastante grandes como para que el sujetador se convirtiese en un arma. Lo más importante fue que pilló desprevenido al tipo y, en aquel instante, Edward llegó por detrás y le saltó a la espalda. Los dedos del matón se soltaron de la garganta de Bella y ésta pudo moverse. Se retorció bajo él y rodó por el descansillo hasta llegar a la sala. Se puso de rodillas justo a tiempo de ver cómo el asesino golpeaba a Edward contra los peldaños.

Estaba oscuro y, después de un par de segundos sin oxígeno, el cerebro de ella se movía como sumido en un torbellino. Sin embargo, cuando vio que el matón introducía la mano en el bolsillo de su chaqueta negra supo que lo que sacaría de ella no iba a gustarle.

Antes de llegar a saber de qué se trataba, se abalanzó hacia delante y agarró al tipo por las piernas, haciéndolo caer de rodillas por encima de ella. Con las manos entrelazadas, Bella lo golpeó en la nuca con los dos puños. No bastó para inmovilizarlo, pero le dio tiempo suficiente para comprobar si Edward estaba bien.

EDward se puso en pie y si las miradas hubiesen tenido la capacidad de matar, no tendrían que haberse preocupado más del matón: el lo habría incinerado allí mismo.

Pero las miradas eran una cosa y las acciones otra muy distinta. Sobre todo las acciones temerarias. Y cuando Edward se acercó al matón, Bella supo que tenía que hacer cualquier cosa para mantenerlos separados. Se echó hacia delante y abrió la puerta principal al tiempo que agarraba a Edward por el brazo y lo enviaba en esa dirección.

—Sal —le dijo—. Ahora mismo. —Edward le habría hecho caso si el tipo no lo hubiese tenido aferrado por el tobillo. Se libró de él con una patada y se dirigió hacia la puerta tomando a Bella del brazo. Ésta no estaba dispuesta a discutir porque, por una vez, le venía bien que él tomase la iniciativa y ella se limitara a seguirlo. Casi había alcanzado la puerta cuando el tipo la tomó por las dos piernas y volvió a meterla en la casa.

Bella se golpeó la cara contra la alfombra. La cabeza le dolía, las orejas se le habían tapado y le salía sangre de la nariz.

—Busca un teléfono —le gritó a Edward; pero a sus oídos le pareció que su voz procedía de un lugar muy lejano. No se permitió el lujo de escucharse, al menos no durante demasiado tiempo. Con un esfuerzo que le provocó dolor en el hombro y en la cabeza, se puso en pie, giró sobre sí misma y alzó los puños.

Entonces descubrió que estaba completamente sola.

—Maldita sea. —Trastabillando, Bella se dirigió a la puerta. Una vez en la acera, miró a uno y otro lado. Aunque no había mucha más luz que en el interior de la casa, supo que ni Edward ni el matón habían corrido por la acera. De haber sido así, los habría visto. Aunque se dijo a sí misma que se estaba dejando llevar por la experiencia, sabía que se movía por puro instinto y que sus reacciones eran viscerales. Se dirigió a la parte trasera de la casa.

Al otro lado de las serpenteantes vías del tren, las chimeneas de la fábrica escupían acero. El brillo anaranjado de la caldera iluminaba el cielo sumiendo al mundo en un alivio de sombras negras y rígidas y fieros puntos de luz ondulante. Le costó unos segundos distinguir las figuras que se debatían sobre el oscuro césped. Había empezado a correr hacia ellas cuando vio que el matón alzaba el brazo. Cuando lo bajó de nuevo, la luz amarillenta y mortecina reflejó el filo de un cuchillo.

Bella corrió todo lo que pudo y agarró al tipo y, justo en el momento en que lo hizo, Edward lo empujó. Como si hubiesen ensayado cien veces aquel movimiento, Bella tiró del matón al tiempo que Edward lo empujaba. Antes de caer al suelo, el tipo le clavó la navaja a Bella haciéndola soltar un grito y de su brazo empezó a manar sangre. Hizo caso omiso del dolor y de la sangre y lo persiguió.

El matón retrocedió y saltó como movido por un resorte pero no pudo alcanzarla de nuevo. Cuando estaba a punto de hacerlo, Bella oyó una voz aguda y tensa.

—¿Rose? ¿Emmett? ¿Qué demonios ocurre?

Un matón profesional no podía correr riesgo alguno y un público compuesto por vecinos ruidosos era ciertamente un riesgo. Con un sonido que retumbó en el aire como un gruñido, le pegó a Bella una patada en la pierna con sus botas de puntera de metal y se volvió hacia la cerca que separaba el césped de la casa del profundo desnivel que llevaba a las vías. Ella lo vio deslizarse hasta el fondo, levantado gravilla y polvo a su paso. Chocó contra el suelo con un ruido sordo y se puso en pie antes de que ella tuviese ocasión de moverse.

Bella se agarró a la verja para recuperar el aliento. Con cada respiración, le ardía la garganta, las costillas le dolían y el corazón le latía con más fuerza. Las estrellitas regresaron, esta vez en technicolor. Estallaron en su cabeza en perfecta sincronía con su pulso cardiaco. El estómago se le encogió en señal de protesta pero se negó a vomitar. No tenía tiempo. Con un gruñido, se volvió y le tendió una mano a Edward para que se pusiese en pie.

—¿Estás bien? —La voz de Bella era poco más que un graznido, cada palabra parecía bordeada de fuego—. ¿Te ha golpeado?

—Me ha golpeado un camión —respondió el con una mueca de dolor—. Al lado de este tipo, los luchadores profesionales parecían aficionados. ¿Con qué me ha pegado?

A ella no le interesaban los detalles. Lo único que le interesaba era que Edward estuviese bien, que no le hubiesen disparado, que no lo hubieran matado. Hizo una rápida comprobación, pasando las manos por sus brazos y piernas para ver si tenía heridas o algún hueso roto. Al ver que no era así, le invadió una oleada de alivio y las rodillas le temblaron. Antes de ceder a la sensación y desplomarse allí mismo, Edward la abrazó y caminaron juntos y renqueantes hacia la parte delantera de la casa.

A mitad de camino, se encontraron con Alice y Jasper.

—¿Qué ocurre?

—¿Qué ha pasado?

—Rose, ¿estás bien?

—Emmett

, ¿te han hecho daño?

—Estamos bien —respondió Bella antes de que Edward pudiese hacerlo. Como para demostrar lo que decía, se separó de el y se irguió todo lo que sus costillas le permitieron. Caminó hacia la casa e intentó tranquilizar a los vecinos—. Estamos bien, de veras. Era sólo...

—Un ladrón. Un ladrón. —Una vez dentro de la casa, Edward se apoyó en la pared—. Lo hemos ahuyentado.

—Pero si hemos oído disparos —dijo Alice, agarrada del brazo de Jasper con ambas manos—. Y tú, querida Rose, tienes sangre en la cara y en el brazo...

—No es nada, en serio. —Bella se limpió la cara con la manga y entonces advirtió que a Carlisle, probablemente, no le haría ninguna gracia. Miró a su alrededor en busca de su bolso y advirtió que, cuando llegaron a casa por la noche, estaba demasiado excitada por Edward como para recordar dónde lo había dejado. Se volvió hacia Jasper y le dijo:

—Llama a la policía. —Cada palabra le rascaba en la garganta como si fuera un alambre de espinos. Se acercó a la mesa del comedor, en la que había un montón de servilletas de papel y se las presionó contra la herida del brazo—. Diles que manden un coche patrulla. Diles que busquen a... —Cerró los ojos para intentar recordar el mayor número de detalles posibles—. Aun hombre blanco, de metro setenta y tres o setenta y cinco. Ochenta kilos. Iba a pie, pero eso no significa... Probablemente tenía el coche aparcado cerca. Diles que...

—¿De qué está hablando? —Alice miró a su vecina y le puso la mano en la frente como para comprobar si tenía fiebre.

Jasper le aferró la mano derecha y le tomó el pulso. Luego se volvió hacia Edward y le preguntó.

—¿Está bien?

Edward se acercó y cuando Alice sacó un pañuelo del bolsillo de su bata de satén granate, lo tomó y lo colocó en la frente de Bella, antes de retirarlo supo que ya estaba empapado de sangre.

—Está bien —dijo el a los vecinos. Sus ojos mostraban preocupación y no era necesario ser un genio para ver que no pensaba que Bella estuviese bien. Tenía la frente fruncida y un músculo le palpitaba en la base de la garganta—. O al menos pronto lo estará. Cuando llames, Jasper, diles que manden también una ambulancia. La llevaremos al hospital y...

—¡Ya vale! —Bella le retiró la mano de su herida y caminó hacia el otro lado de la sala aunque, mientras lo hacía, la habitación daba vueltas a su alrededor y se le revolvió el estómago. Se apoyó contra la pared y dijo—: Deja de tratarme como si fuese una niña. No soy una niña y no necesito ir al hospital. No tengo tiempo para eso. Lo que necesito... —dijo lanzándole una mirada a Jasper— es un coche patrulla. —El comprendió el mensaje, salió por la puerta y se dirigió a su casa, satisfecho dé poder hacer algo por sus vecinos. Bella miró a su alrededor y añadió—: Y también necesito mi teléfono móvil. —Se volvió en redondo y vio el bolso sobre la mesa, donde Edward había dejado su trofeo.

Por desgracia, Alice se anticipó a su movimiento y, como era una mujer muy solícita, agarró la bolsa antes que Bella y metió la mano dentro.

—¿Rose? —Alice sacó la mano del bolso sosteniendo la 9 milimetros de Bella con dos dedos—. Rose, ¿esto es tuyo?

Lo último que necesitaba en ese momento era que a la vecina le diese un ataque de pánico, y Bella vio que era eso lo que se avecinaba. Se acercó a ella con cuidado y le dijo:

—Dame eso, Alice. Es mía y está cargada, así que manejala con cuidado.

—¿Cargada? —Alice tragó saliva.

Bella tendió la mano y, al ver que su amiga no reaccionaba, le quitó la pistola con cuidado. Comprobó que el seguro estuviese puesto, se metió el arma en el bolsillo de los vaqueros y suspiró aliviada. Le indicó con una seña a la vecina que le pasara el bolso y, cuando ésta lo hizo, Bella hurgó en su interior y sacó su placa.

—Ya no tiene sentido mentiros por más tiempo —dijo. Alzó la placa para que Alice la viese—. Me llamo Isabella Swan y soy agente del FBI.

*****

Se destapo el secreto, que creen que va a pasar?..como rayos Aro Vuluri se entero donde vivian??que va a ser de la relacion de Bella y Edward

aaaahhh

LAS quieroooo


8 comentarios:

..//((^aLexcullen^))//::.. dijo...

hayy mi presiosa y hermosisima neny jejeje bueno como sabes no regresare hasta la prox semana pero ando en el trabajo antes de salir jijiji y lo siento no lo he leido pero en cuanto lo leea se ke lo amare jejeje como todo lo ke escribes tu jijii en fin mil grax por en cbox de mi blog y mil grax a todas por la aceptación jejeje otra cosa mi neny te mandare dos cap´s en un solo doc ok eske ando corta de tiempo para explicarte bien pero ya sabras ok pero aaa en cuanto llege a mi casa lo leeo y se ke sera = de amocionante y lo amare jeje creo que yta lo dije dos veces jijiji en fin te adoro eres li maximo tkmillones bay

Electrica Cullen Black dijo...

Neny tenía que leerlo antes de desaparecer...jajaj Dios que emocionante... me tuvistes en vilo y eso que sé que ninguno de los dos "puede" morir... bueno no Deben morir... no hagas caso de los comentarios malintencionados nos da igual si es adaptacion o como quieran llamarlo... es tu trabajo... tu esfuerzo... y lo amo. Esta fue la primera historia que leí cuando nos dimos a conocer,¿recuerdas? parece que fuese hace muchos años por como te quiero... por todo lo que hemos compartido...
Bien me temo que si ya los vecinos saben la verdad la historia esta llegando a su fin... y eso no me gusta!!!..jaja
Por el título me engañastes pero bien... creí que Bella sldría pitando arrepentida de estar con Edward... que trataría de huir de sus sentimientos... que haría que la relevasen y Edward tendría que remover cielo y tierra para encontrarla en los proximos cap cuando terminase lo de Aro Vulturi... woo menuda película me monté...jajajaa
Te quieto mi hermanita... tranquila que esperaremos lo que haga falta... yo te comprendo... tengo que escribir pero... uf Cuando? y dónde se fue la señora inspi? maldita bruna traicionera que se escabuche y me deja tirada cada dos por tres!!! jajaja.... Voy a tener que comparme una cadena para amararla cuando vuelva a aparecer jajaja

Besos. I love you sister.

Romina dijo...

Hola, como estas ???
Permiteme presentarme soy Romina administradora de un directorio de blogs y webs, visité tu página y me parece un exito, me encantaría contar con tu site en mi sitio web y asi mis visitas puedan visitarlo tambien.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme
Exitos con tu página.
Un beso
rominadiazs@hotmail.com

Unknown dijo...

guaaaaauuuuuuu
me muero
justo cuando el amor aparece
aparece el desgraciado maton
hayyy me encanta esta historia es mi preferida, Neny me queito el sombrero
que suspenso, casi me da un ataque
te felicito
muchassss gracias
el capi esta ... de muerte
jaja me encanta

isabella dijo...

wowww
me encanto muchisimo este capitulo. estuvo totalmente emocionante, no sabes cuanto.
que bueno que bella le dijo a alice que es agente del FBI y ademas ya no valia la pena ocultarselo.
ah!!!!!
me encanto muchisimo esa parte y sobre todo la del principio.
ojala esta historia nunca se acabe esta totalmente buenisima!!!!
digo la verdad no sabes cuanto me gusta.
publica pronto pli plis
bye
besos :)

..//((^aLexcullen^))//::.. dijo...

ok ok... ahora si ya lo lei dios!!!!!!1 eso estuvo fenomenal haaaaaa yo tambien crei lo de electrica jajajaja ke alguno de los dos escaparia de sus sentimientos jejeje pero como ya me di cuanta ke no jejeje ahora siiiiii creo ke ya terminara buaaaaa pero bueno solo espero ke alice y mi hermosisimo jass jejeje lo tomen bn bueno mi presiosa neny me despido sale cuidate muchoooooo mañana publico un cap de curiosidades jejeje te adoro eres mi maximo...

Beth dijo...

Vaya despertar!!!! A mi me apetece más un café y un baño en lugar de un ataque de un psicópata.
A ver que tal se lo toman los vecinos, pero eso seguro que nos lo cuentas en el siguiente capi.
Besos, guapa.
Está tremendamente intrigante

Unknown dijo...

wow wow wow...
dios!!!!!!!1 no leia desde el capi anterior, porque no me apareció la actualización, pero cuando lo ví.. me lancé a leerlo ajajaj... neny!!! dios y esto fue lo más... emocionante que he leido y dios que final para este capi!!!! juro que me imgino cuando dijo "me llamo isabella swan y soy agente del FBI" ajajajja... muero opr el que sigue... besotes y nos leemos pronto, esperaré ansiosa besotes y nos leemos pronto =) tkm

Afilianos ^^

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