Cap 4 Sorpresas

Sorpresas (1 mes despues)

Rosalie POV

-Emmet… amor porque tanto misterio?- le exigí saber aunque no me molestaba ser llevada de la forma en que iba, rodeada del hombre que más amo en la vida. Si me ponía un poco nerviosa, y mas después de haberme puesto tan elegante.

-Ya lo sabrás Rose, paciencia…- me dijo tocando suavemente su boca en mi oído, Dios!!! Que había hecho para merecer tan maravilloso regalo… si el es el hombre perfecto.

-Creí que iríamos a la cena del buffet- le dije recordando que en la mañana me había recordado que hoy lo acompañaría a una cena/baile que daba el buffet donde trabajaba.

-Bien, hemos llegado- dijo sacándome de mis pensamiento, se detuvo y por fin me quito la venda que había puesto sobre mis ojos. Me dio un corto beso en los labios y se alejo de mi un momento, la verdad es que todavía no abría los ojos por el aturdidor beso que aun que corto estaba cargado de amor. –Rose… puedes abrirlos- me dijo con su voz pastosa y sexy que me encantaba.

Abrí lentamente los ojos y me encontré con una magnifica sorpresa, estábamos en la terraza de alguna casa, con una mesa para dos, y dos copas de champagne.

-Emmet… ¿que es todo esto?, ¿creí que iríamos donde tu jefe?- le dije casi en un reclamo.

-Bueno es que esto es y será más emocionante que ir a ver a mi jefe… además a el no le sienta bien el color rojo- me dijo abrazándome por la espalda haciendo que un escalofrió recorriera todo mi cuerpo-Siéntate preciosa…- me dijo con una picara sonrisa entre sus labios. De pronto apareció un camarero saludando cortesmente con dos platillos en las manos, los coloco delicadamente sobre la mesa y se retiro.

-¿Que es todo esto?- le dije a Emmett rápidamente sorprendida.

-La cena por supuesto, tontita. Que creías? Es el primero de dos obsequios…- me dijo y una sonrisa se dibujo en mis labios.

-Una de dos ¿he?, cuál es la dos… dímelo ahora- dije mordazmente.

-Hmmm… no hasta que termines tu cena, entonces te lo hare saber- me dijo y proseguí comiendo lo mas rápido posible para que no fuera tanto la espera, claro que aunque sabia que con Emmett la espera valdría la pena, la curiosidad me ganaba.

-Bueno ¿mmm?, ¿quieres champagne?- me pregunto un poco nervioso y asentí.

-Gracias…- la tome por la mitad de la copa y entonces todo encajo. Al final de la copa, ahí sumergido en el champagne , había un pequeño anillo. Era de oro blanco, con un rubí en el centro, con corte forma corazón. Dios no pude mas y sentí como caía por mi mejilla una lagrima la cual Emmett se apresuro en eliminar con sus dedos.

Saco el anillo de la copa, lo limpio e hizo algo que yo jamás creí que me pudiera pasar, bajo hasta quedar a la altura del suelo con una solo rodilla y pronuncio las palabras mas hermosas que en mi vida crei escuchar.

“Rosalie Hale… prometo amarte y adorarte, respetarte y serte fiel todos los días de mi vida… cuanto tiempo nos sea posible… por favor concédeme el honor de ser mi esposa…”

Que habían escuchado mis oídos, que habían visto mis ojos, el hombre perfecto incado ante mi, con los ojos rogando por no ser rechazado, pidiéndome matrimonio.

-Si… si, y si acepto, siempre, para toda la vida- no lo dude ni por un minuto y acepte con el corazón latiéndome rápidamente de felicidad. El se levanto del suelo, me miro y nos fundimos en un beso apasionado. Y como decirle que no al hombre que me había apoyado tanto. Infundado en mi valor, confianza y amor. Quien había estado en todo momento difícil, triste, penoso, alegre a mi lado, con quien había aprendido a vivir a lo largo de estos 2 años y medio, quien me había enseñado que lo mejor de la vida puede estar en una noche mirando las estrellas en la parte trasera de su coche, que en un lujoso hotel

Yo simplemente era feliz y no lo podía negar, ahora veía al matrimonio no como una carga, un compromiso, ahora lo veía como siempre lo vi un sueño hermoso, uno del que quería tener recuerdo toda la vida.

-Le tengo que dar la noticia a Ally y a Bells- le dije sacando mi celular pero no me dio tiempo cuando lo note me alzo en sus brazos.

-Ally y Bells… estarán ahí mañana…- me dijo con voz ronca y me bajo al suelo.

-Gracias amor… gracias por esta noche, por esta sorpresa, por todo esto gracias- le dije lanzándome a sus brazos. Me di cuenta que ya no estábamos en la terraza, estábamos en la recamara. Alli, en la parte central se extendía una hermosa cama con sabanas blancas, seda quizás, Emmett me volvió a besar a apasionadamente y como si fuera la primera vez, con nerviosismo, poco a poco se deshizo de mi vestido que cayó a mis pies. El se retiro para tener una mejor vista y se revelo en mi cuerpo unas diminutas prendas rojas.

Sensualmente relamió sus labios y se avalanzo sobre mi boca, mi cuello, mis montes dejando un pequeño rastro de besos. Yo rápidamente me deshice del saco, la camisa y los pantalones, dejándolo solo en boxer color azul marino, y una enorme excitación, nos tumbamos en la cama atrayéndolo con mis piernas alrededor de su cintura.

-Gracias de nuevo amor…- me dijo separándose un poco, después de unos segundos que me parecieron horas, ataco mis labios, quienes lo recibieron gustosos.

Adoraba como se sentía su boca en mi, mi lengua empezó a acariciar su labio inferior, mis brazos que arañaban su espalda tan fuerte y musculosa. Claro mis piernas y mi centro ya húmedo por la excitación.

-Rose… ¿puedo?- pidió permiso para adentrar lentamente en mi centro uno de sus dedos. Dios era delicioso sentirlo asi.

-Emmett… no pidas permiso… te quiero dentro…- dije tratando de no jadear mucho pero no pude terminar la frase porque uno de sus dedos se adentro rápidamente en mi centro moviéndose de una forma exquisita.

Sentí adentrarse lentamente otro de sus dedos y en la habitación no había nada mas que mis gemidos, y las respiraciones de ambos acompasadas. Hizo que me corriera de una forma que jamás imagine, y bueno todas las ves que Emmett me hacía el amor, hacia que experimentara cosas de las que nunca creí capaz a mi propio cuerpo.Pero el placer era reciproco y ambos lo teníamos que disfrutar.

-Rose…- me dijo metiéndose unos por uno los dedos a su boca, eso si que era excitante.

-Emm… no se cuanto mas pueda resistir- le dije sin aliento. Enrede de nuevo mis piernas a su cintura y el entro limpio, de una sola estocada en mi, haciéndome arquear la espalda quedando totalmente expuesta a él.

-Rose… te amo- me dijo mientras sus manos jugaban con las puntas de mis senos haciendo pequeños círculos con la palma de sus manos, mientras yo le arañaba la espalda. De un rápido movimiento me senté ahorcajadas en el, me tomo por la cintura haciendo que mis subidas y bajadas ahora fueran mas rápidas, dios Emmett Cullen era un dios del sexo… pensé para mi mientras subía y bajaba a gran velocidad haciendo que me cerrara mas y poder sentirlo punzante dentro de mi. Estallamos al mismo tiempo, dejándome caer en su pecho jadeando y respirando peligrosamente.

-Te amo- alcance a decir antes de fundirnos en otro beso, dejándonos el camino libre para toda la noche… Y la verdad es que con Emmet Cullen había escalado unas cuantas montañas pero tenerlo así, para mi, hizo que me sintiera especial, y no tonta por haber llorado cuando deslizo el anillo por mi dedo, y no tonta por alguna vez haberlo celado. Tenerlo asi desnudo para mi era un paraíso personal.

Lo amaba y demasiado, era mi ángel y mi demonio todo al mismo tiempo.

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a que no es lindo Emmett???

espero no esten enojadas comingo **

trabajo arduamente para ke la inspiracion vuelva a mi

besos

las quieroooo

Neny W Cullen