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Las Incondicionales

miércoles, 11 de noviembre de 2009

I Convencimiento




PROTEGIENDO AL AMOR

I CONVENCIMIENTO

-Se han vuelto locos??! Ustedes saben lo que me estan pidiendo?- Cullen arqueo despacio una ceja al tiempo que les comunicaba lo que pensaba acerca de su propuesta

No era la respuesta que Bella esperaba de un hombre al que creian razonable y con la inteligencia necesaria como para dirigir grandes empresas. Algo decepcionada, se irguio en el asiento y observo como Edward Cullen se ponia de pie y se apoyaba en el pulido marmol de la mesa

Miro a todos los presentes sin perder la compostura aunque visiblemente irritado

-Solo seran 4 meses- dijo Charlie Swan, el agente especial que dirigia las operaciones del FBI en la cuidad, el jefe y padre de Bella. Charlie era gato viejo y no se dejaba intimidar. Puso un dedo en el informe que Cullen tenia en la mesa frente a el y añadio- Ya lo hemos discutido. nuestros hombres han hablado con los suyos. Se suponia que ellos tenian que hablar con usted y...

Cullen alzo una mano e interrumpio a Charlie. Luego lanzo una mirada al joven hombre al fondo de la oficina. Cuando comenzo la investigacion Bella hablo con Seth Clearwather, sabia que era el hombre de confianza de Cullen pero la mirada que ahora su jefe le daba le hacia preguntar cuanto tiempo mas lo seria

-A mis hombres se les dijo que no hablaran con los suyos hasta el juicio- dijo Edward entre dientes

Charlie era la discrecion personificada pero al paracer le comenzaba a irritar aquel hombre de poder

-No es tan terrible como parece- dijo con un tono conciliador- creame. Tenemos todo bajo control. Si quiere ver esto..- le tendio unas hojas y cuando Edward se nego a echarles un vistazo las mejillas de Charlie se encendieron- Cuatro meses no es tanto tiempo. Despues del juicio puede volver a su vida de siempre.

-Imposible!!!- el resoplido de Cullen fue un monumental- Tengo negocios entre manos negocios muy importantes. Un hombre de mi posicion- agrego- no puede desaparecer asi de repente. mucho menos por cuatro meses, ni siquiera cuatro dias. Una empresa como esta no se maneja sola Sr, dependen de un solo hombre...-permitio que apareciera una leve sonrisa altanera- ..YO

-Todo esta muy bien Sr. Cullen- dijo Charlie sin devolver la sonrisa- Pero...

-No hay peros que valga- Vacilante, Cullen se desabrcho el boton del saco. Camino hasta la ventana y se inclino hacia adelante dando la espalda a los presentes. Era obvio que estaba acostumbrado a tener la ultima palabra y esta era su forma de decir que la conversacion se habia terminado

- Mimado hijo de ....- gruño Charlie en voz baja que solo Bella oyo. Ella reprimio uns sonrisa y apoyo de nuevo la espalda en la silla dispuesta a observar, mas interesada en lo que estaba debatiendo que en la fascinacion que Edward Cullen le provocaba.

La realidad es capaz de ahuyentar las fantasias muy deprisa "sin ilusiones no hay desengaños"

No era acaso lo que ella siempre se decia?

No habia tardado mucho en notar que Edward Cullen era solo una ilusion y el desengaño consistia en haber pensado que su personalidad encajaria con la del fantastico amante que su mente habia creado


Bella se pregunto cuanto tiempo pasaria Cullen fingiendo que ellos no existian y en ese instante descubrio la respuesta, si tenia que hacerlo todo el dia...todo el dia seria.

Edward Cullen queria que lo dejaran solo. Sorprendentemente fue la mujer que no se habia presentado la que corto el silencio

-Supongo Edward que te preocupa la reunion de julio con el consorcio de los empresarios. La reunion esta programada y si todo va como esta previsto tu no podrias asistir- suspiro y tamborilo los dedos- sin duda sera un poco problematico

-Un poco problematico?- pregunto Cullen con cinismo- Tanya he enviado miltrecientas invitaciones a los mas prestigiosso periodistas, empresarios y politicos- empuño su mano con molestia sobre la ventana- Sabes lo que me estas pidiendo?. Supongo que el alcalde y tu no estan pensando en que me paso el dia sentado sin hacer nada....

La mujer enlazo sus dedos y Bella pudo ver como le temblaban las manos debido al tono de voz de Cullen

-Edward- sonrio la mujer aunque el hombre le daba la espalda- El alcalde jamas pensara eso de ti pero nos preocupa tu seguridad. Ya nos hemos puesto en contacto con Bill Gates y...

-GATES???-

Bella pensaba que la espaldo de Edward no podia ponerse mas tensa pero se equivoco y mas aun cuando oyo el tono gelido que uso con la mujer. Bella se comenzo a molestar, este hombre le esta complicando el caso. Su caso . Y no podia soportar las idea que todo saliera mal por que el consentido " Romeo" le preocupaba mas su propia imagen que el hecho de testificar frente a un tribunal

Con un gesto de impaciencia cerro el protafolios y echo la silla para atras. No penso en lo que hacias hasta que fue demasiado tarde pues ya se habia puesto de pie y todos la miraban. Charlie no la detuvo por que creyo que ella tenia un plan asi que se vio obligada a inventar uno de inmediato.

-Tiene razon- dijo mirando hacia Cullen que aun le daba la espalda- El Sr. Cullen tiene toda la razon, quiere quedarse en la cuidad para ser el anfitrion de esa importante reunion. Quienes somos nosotros para impedirselo?

Entonces con un rapido gesto saco de su bolsillo un billete y lo tiro sobre la mesa

-Yo le permitiria seguir con sus negocios- dijo sin dirigirse a nadie en particular- pero, de ser asi, dejenme ser la primera en apostar que en julio no estara vivo

Su afirmacion no era muy exagerada pero no impidio que Edward Cullen se volteara a mirarla. Durante alguna faccion de segundos Bella penso que Cullen demostraria alguna emocion pero nuevamente se equivocaba con Cullen

-Quien es usted?- pregunto con voz grave

-Soy la agente especial Isabella Swan, del FBI. Ya hemos sido presentados

-Si, lo se, me acuerdo- admitio Cullen- pero quiero saber quien es usted, quiero decir, que le da el derecho a...

-Este es mi caso Sr. Cullen- interrumio Bella haciendo caso omiso a los dos hombres de la policia de NY que la miraban enfadados- He sido yo quien ha estado comiendo, bebiendo, respirando y durmiedo con este caso durante los ultimos meses. Por fin hemos encontrado a alguien con la valentia suficiente para testificar.... usted.No se que piensan los demas de los presentes- dijo mirando a su alrededor- pero yo no estoy dispuesta a perder todo por lo que he trabajado porque usted es demasiado obstinado para....

-Agente Swan!- dijo su "jefe" con voz molesta indicandole que se habia pasado de la raya. Bella respiro profundo y volvio a mirarlo

-Mire...- la voz le salio tan inestable como lo estaba su estomago- usted es un hombre de negocios bastante brillante Sr. Cullen. Sabe lo que es abrirse camino hacia la cumbre asi que voy a compartir un secreto con usted. He decidido usar este caso para hacerme un nombre. Me lo merezco. He trabajado mucho tiempo y con mucho teson. he hablado con cientos de personas, he leido miles de paginas de informes y he visto tantos numeros en tantas pantallas de ordenardores que me duelen los ojos de solo pensarlo. No voy a permitirle a usted que estropee mis planes dejandose matar por el pistolero de poca monta al que contrataran para que evite usted declare en el juicio

Bella no supo si vio o imagino la reaccion de Cullen pero le parecio ralmente sorprendido que ella tuviera las agalla como para decirle esas cosas. Pero antes de averiguarlo la puerta de la oficina se abrio y una mujer rubia con una delgadez envidiable entro en la oficina

-Lamento interrumpirlo Sr. C- aunque la mujer no parecia lamentarlo en verdad-Me dijo que queria echarles un vistazo en el momento que llegaran- dijo alzando una gran pila de periodicos. Los dejo sobre la mesa y Bella recordo los titulares de todos ellos. Se centraban el el encarcelamiento de Jacob Black, escritor indigena de una pais centroamericano condenado a arresto domiciliario en su pais. Con un libro en la lista de los mas vendidosy fama de trabajar a favor de los derechos humanos junto con su esposa Vanesa o Nessie como le decia el pueblo. No era sorprendente entonces que Cullen se interesara en el asunto ya que era un tema mundial.

Sin embargo esto en vez de sorprender a Bella , la irrito mas

-Gracias Jane- dijo Cullen-dentro de un par de minutos habremos terminado

-Eso espero - respondio coquetamente la secretaria- a las dos tiene una cita con el obispo y a las tres un cuarto al senador

-El obispo a las dos y el senador despues- repitio Cullen haciendo caso omiso a sus visitantes guiñandole un ojo a sus scretaria haciendo que tanto esta como Tanya, la secretaria del alcalde, suspiraran.

Entonces Bella comprendio por que rayos las mujeres se enamoraban de Edward Cullen.

Cullen miro con teatralidad su reloj y luego alzo la visto mostrando su molestioça de que los demas siguieran alli sentados. Se acerco a la puerta como para indicarles que salieran

-No tan deprisa- Bella no estaba dispuesta a que la despacharan de ese modo- Aun no terminamos. Le he dicho que no quiero perder este caso y lo digo en serio. Tiene que escucharnos señor Cullen, por su propia seguridad-

Cullen miro a Charlie Swan que le indicaba que si no callaba a su agente tendria que atenerse a las consecuencias. Charlie capto la insinuacion pero en vez de callarla aprovecho la ocacion para hablar sacando una foto de su maletin y le señalo a Cullen que la mirara

-es Aro Vulturi- explico

Bella no se molesto en mirar la foto, conocia esa cara perfectamente, la habia estudiado tantas veces que ya le aparecia hasta en los sueños. Pero Edward la miro por un segundo y luego volvio a mirar a Charlie

-Lo conoce- pregunto Charlie

-Por supuesto que no- replico Edward- no suelo intimar con personas cuyas fotografias son de una rueda de identificacion del FBI

-Bueno- dijo Charlie- hace un par de años fue tomada esta fotografia pero me gustaria saber ahora donde esta este tipo... Vulturi es el asesino a sueldo mas habil perverso y resuelto de la costa este

-Que quiere decir con eso?

-Quiero decir que usted se ha creado unos enemigos muy poderosos señor Cullen. Saben que va a testificar y haran todo lo posible por evitarlo

-Tonterias!!- Cullen se volvio y se dirigio al escritorio. Charlie le hizo una seña a Bella para que le mostrara otras fotografias. Al mostrarselas
Bella apoyo sus manos sobre el escritorio.

-Hemos intentado mantenerlo en vigilancia y la suerte nos ha acompañado. Durante el ultimo mes Vulturi ha sido visto en tres ocaciones. Justo el mes que ha dicidido declarar- Bella le tendio las dos primeras fotos y le señalo las siluetas- La primera vez fue visto a las afueras del edificio que tiene usted en Manhattan. La segunda vez se encontraba en la recepcion de este...- le tendio una tercera y lo miro a la cara- La tercera vez fue visto justo en la entrada de su casa en Long Island

Cullen apenas miro la foto, toda su atencion se volco a Bella. De cerca los ojos de aquel hombre desprendian mayor intensidad. Eran de color miel. Cuando hablo lo hizo en voz tan baja que a Bella le costo oirlo

-Yo no soy de los que huyen de los problemas agente Swan

-No- por primera vez, ella supo que coincidian en algo- supongo que no

-Yo soy de los que siempre consiguen lo que quieren....siempre

Durante un breve instante, los ojos de Edward Cullen se deslizaron hasta el punto en que el cuello desabotonado de Bella dejaba al descubierto un poco mas que su garganta. Bella podia sentir como su sangre corria deprisa y una oleada de calor le inundo el pecho y asendia hasta sus mejillas. Era una suerte que llevara una falda larga para que nadie notara como le temblaban las piernas.

En segundos Bella consiguio recuperar el habla

- uno no siempre puede conseguir lo que quiere señor Cullen



—Pero, a veces, si lo intentas... —Él acortó el espacio entre ambos, no lo bastante como para que los presentes lo notaran pero sí para que Bella sintiera como si alguien hubiese absorbido todo el aire de la sala.

Recobró el aliento y se aferró al poco sentido común que todavía le quedaba. No le fue fácil, pues en aquel momento el hombre había asumido su personalidad de «Romeo». Bella consiguió esbozar una leve sonrisa.

—Lo que usted necesita, señor Cullen, es un lugar seguro en el que esconderse, con vigilancia las veinticuatro horas del día. Tenemos el lugar ideal para usted. Nadie podrá encontrarlo. Ni siquiera algunas de las personas aquí presentes.

—¡Usted ha visto demasiadas películas! —Con una despectiva carcajada, debida no precisamente a la diversión, Cullen se alejó de ella y rompió el hechizo que había mantenido subyugada a Bella. Con la gracia propia de un atleta, avanzó hacia la puerta, llevandola del brazo.

—No se trata de que no agradezca todo lo que hacen por mí —dijo, poniendo fin a la reunión—, pero soy una persona muy ocupada. Lo entiende, ¿verdad, señorita Swan? —Al tiempo que abría la puerta de la oficina, le dedicó una sonrisa.

Al otro lado del umbral se encontraba un hombre de cabello moreno, con barba de dos días. Sostenía una caja de pizza. Bella no supo precisar quién se sorprendió más, Cullen o el repartidor de pizzas.

—Lo siento —dijo el chico de la pizza, mirando a Bella y a Edward. Antes de que ninguno de los dos pudiera reaccionar, entró en la oficina—. No era mi intención interrumpir nada... Pensaba llamar a la puerta.

—¿Llamar? —Antes de que la puerta se cerrase tras el repartidor, Edward echó un vistazo a la antesala de su despacho—. ¿Cómo has podido entrar hasta aquí sin que Jane te haya visto?

—No sé quién es Jane —le dijo el chico—. Lo único que sé es que alguien ha pedido una pizza familiar, con doble ración de pimientos y sin cebolla. ¿Es usted? —Buscó el papel con la orden, pegado a la base de la caja.

Esto hizo sospechar a Bella, pues los repartidores no acostumbraban a llevar la orden por escrito. Alertado por el repentino interés de la agente, el muchacho se movió deprisa y, cuando sacó la mano de debajo de la caja, Bella vislumbró el brillo de la luz sobre el cañón de un arma automática.

Acto seguido, se apoderó de ella el instinto y su primer impulso fue proteger a Cullen.

Al tiempo que le propinaba un empujón para quitarlo de en medio, grito a Charlie y se lanzó contra el repartidor, que no consiguió disparar.

La pistola voló en una dirección y Bella y el chico cayeron en otra. Cuando llegaron al suelo, Bella advirtió que lo tenía inmovilizado y en ese preciso instante intervinieron Charlie y los dos detectives, separándolos.

Pusieron al falso repartidor contra la pared y lo esposaron antes de que la agente recobrara el aliento.

Alguien le tendió una mano para ayudarla a levantarse y ella la aceptó sin pensar. Cuando por fin se apartó el cabello del rostro y las piernas dejaron de temblarle, se encontró, con no poca sorpresa, cara a cara frente a Edward Cullen.

Cullen miró a Seth Clearwather, que tenía ya el teléfono en la mano, y luego a los guardas de seguridad que llegaron tras la llamada de éste. Apareció Jane, jadeando y tosiendo.

Después, se volvió hacia Kate.

—Gracias —le dijo. O era un actor excepcional o estaba siendo sincero—. Nunca pensé, nunca imaginé que...

Eran las únicas palabras de disculpa que iba a ofrecerle y Bella lo sabía. Las aceptó, asintiendo, y dio un paso hacia delante. Estuvo a punto de caer y fue entonces cuando advirtió que, en la refriega, había perdido un zapato.

—¡Cuidado! —Cullen la agarró del brazo. Su mano, sobre la manga de la blusa, era firme e irradiaba calor y Bella se preguntó a quién de los dos intentaba tranquilizar.

—¿Me cree ahora, señor Cullen? —preguntó ella.

Cullen miró hacia el lugar donde los dos detectives le leían sus derechos al repartidor y dijo:

—Pero ése no es...

—¿Vulturi? No. —Sin saber si la descarga de adrenalina que hacía latir su corazón a toda velocidad se debía al intento de atentado contra Romero o al hecho de que éste aún la tenía agarrada del brazo, ella respiró hondo—. Pero puede estar seguro de que Vulturi anda detrás de esto, lo cual significa que...

—Lo intentará de nuevo.—Edward no parecía desalentado o asustado. Con un leve asentimiento, aceptó la realidad del asunto y una especie de firmeza sombría tensó su mandíbula; una expresión en la que Bella creyó entrever una profunda indignación. La miró con el rabillo del ojo y dijo—¡Usted gana.

—No. —Ella consiguió esbozar una sonrisa—. Gana usted. Cuanto antes lo saquemos de Nueva York, mejor. —Al ver que Cullen se volvía para hablar con Clearwather, añadió—: No lo haga. Nadie tiene que saber de esto más de lo que ya sabe.

—Muy bien. —Edward no discutió. Era curioso lo que solía ocurrirles a las personas que habían estado cerca de la muerte. En este caso, era como si la encantadora mente de Cullen hubiese adquirido algo de sentido común—. Pero... ¿y mis papeles? ¿Y mi ropa? ¿Cómo voy a...?

—Tenemos todo lo que usted necesita, incluida una nueva identidad para que haga uso de ella durante los próximos cuatro meses. En el trayecto, será debidamente informado al respecto.

—¿En el trayecto hacia dónde? —Edward era una de esas personas que necesitan conocer todos los detalles de antemano. También era obvio que, al menos para Bella, aquél no era el lugar adecuado para hablar de ello, ya que la oficina estaba llena de gente en la que no sabía si podía confiar.

—Es un sitio seguro —le dijo ella—. Y tal como están las cosas, creo que es lo único que importa.

Edward Cullen no parecía convencido. El falso repartidor de pizzas estaba siendo escoltado por el pasillo. Bella advirtió que la experiencia de haber estado cerca de la muerte empezaba a disolverse y que Cullen no tardaría en empezar a protestar con todas sus fuerzas. Antes de que lo hiciera, le indicó a Charlie Swan con una seña que todo estaba bajo control. Charlie se acercó más aliviado que sorprendido e instó a Edward a salir de la habitación.

Al verlos marchar, Bella sintió frío en sus entrañas y, al cabo de un instante, una repentina oleada de calor.

Edward Cullen era un testigo especial y el FBI llevaría la operación de principio a fin. Gracias a la recomendación, la insistencia y el empeño de Charlie, así como a las no menos sutiles insinuaciones de que lo mejor sería que no se opusiera a esa decisión, Bella había sido elegida para pasar cuatro meses con "Romeo" en el escondite. Cualquier mujer se habría mareado ante semejante perspectiva.

Bella pensaba ya en la casa, en la identidad que habían preparado para el Romeo de la prensa del corazón y no pudo evitar sonreír. Se agachó para recuperar el zapato y, cuando se lo puso, siguió a Cullen y a su padre, que salían del despacho.

Dices que siempre consigues lo que quieres —murmuró entre dientes—, pero, ¿sabes una cosa, Romeo? Esta vez, vas a conseguir exactamente lo que necesitas.



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ok, chicas lamento de verdad la tardanze de los fics, es solo que fueron dos semanas asquerosas de trabajo y viajes (aunque no de placer jajaj). Espero les guste el primer capi de la historia y prometo ponerme al dia con las otras ya??

Un beso a todas las que se preocuparon,y preguntaron que me pasaba.

las quiero muchoooo!!

3 comentarios:

Sonia dijo...

ooooooooo Neny q tension ya quiero saber donde vas a esconder a esos dos me gusto el capi es q me encanta cuando Ed se pone obstinado y Bella q no lo es verdad? Claro me gusto de verdad espero q pongas pronto y q bueno q estes bien

Neny W Cullen dijo...

sis!!!
que bueno que te gusto, estoy un poco nerviosa por que me atrase demasiado con los capi y aun estoy escribiendo las otras dos historias pero espero ponerme al dia....

El nuevo capi ya viene
te quieroooo!!!

Electrica Cullen Black dijo...

Wuuaaa!!!. Me impresionastes, de veras. Estoy deseado que Bella le baje los humos a ese "chulito de playa", ahaha.
Seguro que en el fondo resulta ser un buen chico. Uno al que Bella tendrá que pararle los pies y demostrarle quien manda.

Afilianos ^^

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