Nos Visitan

Las Incondicionales

domingo, 27 de junio de 2010

AVISO IMPORTANTE




Mis queridisimas y adoradas amigas:

Tengo muchas noticias para ustedes y muy dolorosas para mi (kizas para ustedes tambien)

1º- Les cuento que mama empeora cada dia mas. Hoy mismo, domingo, los medicos han indicado que probablemente hay un 30 % de chances de sobrevivir solo si aguanta la radiacion que se viene esta misma semana. Por lo mismo y a causa de sus horribles noches de dolor no he escrito nada. Y por muy increible que parezca...ya tengo 10 ideas mas en mi cabeza (ironico no?)

2º- La relacion amorosa que tenia con cierto chico llamado Luke (la unica que he tenido despues de casi 6 años) se ha terminado y creo que hoy eso, me esta pasando la cuenta en dolor. Por que de verdad lo quise mucho.

3º- Mis horarios de trabajo han variado demasiado a causa de los constantes examenes medicos de mama....las visitas al hospital y el maldito frio del invierno. Lo que me da apenas, algo de tiempo para escribir.

3º- A causa de esto mismo he tomado la mas horrible de las desiciones que me ha tocado en mucho tiempo......decidido desaparecer por un tiempo ( mas del que ya estaba). No es el mejor momento para escribir ni para subir cosas que no puedo terminar....

Les juro que este ha sido el mas dulce y agraz año de mi vida...ustedes entraron en ella y la muerte me quita lentamente a la persona mas importante que tengo. He llorado como nunca antes y les juro que he llorado tambien por no poder hacer lo que me gusta tanto....ESCRIBIR.

No espero que todas entiendan lo que vivo ni lo que digo. solo espero no desilucionarlas tanto como yo lo estoy. porque les aseguro que duele sentirse asi como me siento ahora mismo

Probablemente Aby, o quizas Electrica me ayuden a dejar alguna notita de aviso o alguna noticia de como evoluciona mama. Ademas Aby se comprometio en de vez en cuando ayudarme a subir los capis que ya estan en un cuaderno y solo hay que tipearlo

Prometo no abandonarlas....solo, solo me alejare por un tiempo con el dolor de mi pecho, y especialmente de mis manos que tanto añoran escribir.

LAS QUIERO DEMASIADO....LES JURO QUE NUNCA HE QUERIDO TANTO A ALGUIEN COMO LAS QUIERO A USTEDES

Besos gigantes y agradecidos

*NENY WRITTER CULLEN*

domingo, 20 de junio de 2010

Capítulo 16 Frio Hielo

Ok, nuevo capi!!
Espero les guste... este es mas corto de lo normal pero les aseguro vendran partes interesantes :D
Gracias por el apoyo del OS que hice para el contest de Mixx y las que aun no lo leen espero me cuenten que les parecio!
No las entretengo mas
Disfruten!



Capítulo 15 Frio Hielo

—¿Todavía está fría?

Edward siguió la mirada de Jasper que se posaba en Bella, la mujer fría como hielo estaba sentada en el porche, fingíendo leer el periódico como hacía cada vez que Edward salía a regar las plantas.

¿Fría como el hielo? Esas palabras le provocaron un estremecimiento en la columna vertebral y en los hombros. La definición fría como el hielo subestimaba la realidad. Habían transcurrido cinco días desde la velada de lucha, cinco días desde que se había escabullido para hablar con Seth. Y en esos cinco días, Bella había cumplido su promesa. No lo había dejado ni a sol ni a sombra.

Cuando salía a chapucear con las flores, ella salía con él. Cuando se quedaba dentro para ver algún estúpido programa, insípido y aburrido, en la televisión, ella se sentaba a su lado en el sofá. Hacía un par de días, él olvidó las cosas del afeitado al ir a ducharse y, cuando salió del baño para ir a buscarlas, la encontró sentada en el suelo junto a la puerta.

Cuando le dijo que le atraía la idea de que lo esposase a la cama, lo había dicho en broma. Pero no podia negar que aquella idea entraba entre sus fantasias con la furiosa agente del FBI. Y es que estaba tan contento y agradecido de ver a Seth y poner en marcha su plan para salvar a Black que llegaba a sertir aturdimiento de alegría, resultándole difícil mantener en secreto su felicidad. Aunque descubrió que habría sido mejor mantenerlo en secreto ya que al momento de responder aquella idea de las esposas solo consiguió que Bella se le crispara el rostro de decepcion y rabia. El habia empeorado las cosas.

Y así había sido.

En esos momentos, Bella no sólo lo vigilaba las veinticuatro horas del día sino que, además, estaba muy enfadada. Si el iceberg que hundió el Titanic podía clasificarse como de grado «uno», la rabia que sintió ella al verlo salir del auditorio podía muy bien alcanzar el «diez», pero en el momento en que le respondió con aquel comentario sobre las esposas, su rabia se había disparado y había roto el medidor. Desde ese momento siquiera le había dirigido la palabra.

Edward solo hizo un gesto con un temblor frotándose los brazos con las manos haciendo reir a Jasper.

-Diablos Jasper, esa mujer tiene memoria de elefante —le dijo a su vecino y aunque sabía que Bella estaba lejos hablo en voz baja.

—Todas la tienen, Emmett —asintió Jasper—. No te extrañe que siga recordándolo el día en que celebréis las bodas de plata; aunque tal vez finja que lo ha olvidado. Siempre recurren a esa historia de perdonar u olvidar, pero según se adapte a sus necesidades. Entonces, cuando llegue el momento oportuno, zas, volverá a recordarla y serás hombre muerto antes de saber siquiera qué está pasando.

El móvil de Bella comenzó a sonar e los dos hombres vieron como ella se levantaba y entraba a la casa con el celular en su oreja. Eso significaba una cosa, Charlie llamaba desde el FBI. Solo esperaba que ella no saliera perjudicada si el Detective Swan se habia enterado de lo que paso aquel dia.

Jasper aprovechó la interrupción para cambiar de tema y se volvió de espaldas a la casa

—¿Y qué vas a hacer? —preguntó el rubio

—¿Hacer?

En los días transcurridos desde el inicio de aquella monumental guerra fría, Edward se había empeñado en enfrentar el enfado de Bella con su propio enfado. Se había mantenido distante para demostrarle que no le importaba cómo ella se comportase. Había sido petulante, lo admitía, lo había sido muchas veces porque todavía se enorgullecía de haberse puesto en contacto con Seth sin que ella pudiese evitarlo pero, en realidad, no había hecho nada para que la escarcha que empañaba su relación se derritiese. No sabía qué hacer. Se encogió de hombros porque no sabía qué decir. Jasper lo entendío de inmediato.

—Te daré mi opinión. —dijo el vecino mirando de reojo cuando Bella saliera por la puerta-. Creo que ha llegado el momento de que investigues un poco en tu alma, Emm. Puedes dedicar los mejores años de tu vida a intentar descifrar los pensamientos de Rose o puedes tomar el control de la situación.

—¿Cómo? —La pregunta sonó idiota incluso a los propios oídos de Edward…siempre se habia considerado un líder y no un seguidor. Era de los que tomaba decisiones rapidas y actuaba.Hasta ahora. —¿Alguna sugerencia? —Edward hundió los hombros y miró a Jasper espectante.

—Ahora me entiendes verdad?—respondió éste, dándole una palmada en la espalda—. Según mi opinión, Emmett, tienes que tomar una dosis de tu propia medicina, ya sabes, poner en marcha un poco de ese romanticismo tuyo, igual que me enseñaste a hacerlo a mí.

—¿Con ella? —Edward se volvió un momento y vio que Bella que a pesar de estar hablando por teléfono no le quitaba los ojos de encima por la ventana.. su fría mirada lo hizo estremecer—. ¿Y qué tengo que hacer? —preguntó, dirigiéndose al vecino.

—Escucharte a ti mismo —soltó Jasper—. Te pareces a mí hace un par de meses.

Estaba en lo cierto. Edward cerró los ojos esperando descubrir, al abrirlos de nuevo, que todo había sido una pesadilla, pero no tuvo esa suerte. Al abrirlos, vio a Jasper con una sonrisa de oreja a oreja.

—Lo que quieres decirme... —Por primera vez Edward se andaba con rodeos. Y es que no entendía como habia llegado a quedar en aquella situación.—. ¿Lo que quieres decirme es que debería tomar clases de romanticismo? ¿Yo?

—Lo has pillado, amigo. —A su vecino se le ensanchó aún más la sonrisa—. Eres muy bueno dando instrucciones, pero ha llegado el momento de que empieces a hacer caso de tus propios consejos.

—¿Lecciones de romanticismo? — se preguntó Edward con un gruñido. Rezaba para que los paparazzi nunca se enterasen de aquello. Rezaba para no ser nunca víctima de portadas con titulares como «Cullen en el dique seco» o «Romeo necesita un remedio para recuperar el romanticismo». Miró a Jasper—. ¿De quién? ¿De ti?

—¡Pues claro! —rió el rubio—. Si quieres que te diga la verdad, me he convertido en todo un donjuán, al menos en lo que a Alice se refiere. La estoy haciendo feliz. —Guiñó un ojo y le pegó un codazo en las costillas—. No entiendo por qué a ti no debería de funcionarte también.

Edward sabía que había cientos de razones por las cuales no le funcionaría, pero no se molestó en enumerarlas.

—Tienes que cortejar a la chica, como hacías cuando la conociste. ¿La cortejaste, verdad, la primera vez? —Jasper lo dio por supuesto y no esperó respuesta—. Lo primero que tendrías que hacer es invitarla a salir.

—¡Oh, no! —exclamó, apartándose un paso del vecino para distanciarse también de la idea—. La última vez que me lo dijiste, acabé comiendo cerdo y chucrut. —Fue presa de una oleada de terror tan sólo con pensar en ello—. No —dijo con el mismo tono decidido que utilizaba en los consejos de administración—. Eso no voy a repetirlo.

—Yo no digo que lo repitas. —A Jasper aquel debate le estaba resultando insoportable: necesitaba apagar su sed. Llamó a Alice y cuando ésta asomó la cabeza, le pidió que le trajera cerveza—. Y dos camisetas azules de Carlisle y Esme —añadió.

Alice lo hizo asi, y después de unos minutos los hombres ya tenían una cerveza en la mano y Jasper dos camisetas azules. Edward ni siquiera se a animado a preguntar que era lo que Jasper tramaba.

—Entonces, como iba diciendo... —Jasper bebió un largo trago e instó a Edward a hacer lo mismo. Al recordar el amargo y metálico sabor de la cerveza favorita de su vecino, dudó unos instantes, pero luego decidió beber. El vecino esperó a que diese el primer trago antes de atacar de nuevo—. Pues como iba diciendo, no estamos hablando de una cena de cerdo con chucrut ni de una salida al bingo. A mí tampoco me gusta el bingo, caramba. Es un juego para niñas o para afeminados. De lo que hablo ahora es de un auténtico pasatiempo para hombres.

—¿El polo?

—He dicho un juego de hombres —rió Jasper—, no lo que hacen esos niños ricos los fines de semana. Además, el polo no es romántico y recuerda que nuestro objetivo es el romanticismo. Tendrías que llevarla a un sitio tranquilo, donde pudieseis abrazaros. Una cena, un par de copas. Os divertiréis tanto que, al final de la velada, ella estará de muy buen humor. Con eso conseguirás derretirla un poco. Lo que tienes que recordar es que debes actuar como el tipo más romántico del mundo.

Edward decidió callar. Decidió que era mejor no hacer preguntas cuyas respuestas no quería conocer, pero en aquella situación había algo tan macabro que no pudo evitarlo.

—¿Y el pasatiempo sería...?

Jasper arqueó las cejas y sus ojos brillaron. Dejó la lata de cerveza en la acera y, como un mago que pretende sacar un conejo de su chistera, alzó las camisetas en el aire.

Edward lo comprendió todo de inmediato. Miró las dos idénticas camisetas, de color azul pálido, con una hilera de botones azul marino en la parte delantera y ribetes azul marino alrededor del cuello y de las mangas. Observó los dos nombres bordados en la parte del corazón. Uno ponía «Esme» y el otro «Carlisle». Cuando Jasper volvió las camisetas para que viera la espalda, contuvo el aliento, horrorizado. ¡Eran de una bolera!

—¡Oh, no! —A esas alturas, Edward creía saber cómo impedir que el elemento sorpresa le hiciese enmudecer. Se había dejado llevar por un lenguaje plagado de equívocos y eso le había llevado al infierno del bingo. En esta ocasión, estaba dispuesto a no ceder ni un ápice—. Imposible.

Jasper no se dejaba desanimar con facilidad. Dio la vuelta a las camisetas, como si mostrándolas en todo su acrílico esplendor, Edward fuese a cambiar de idea.

—Venga, Emmett, piénsalo bien. Con eso tendrás la oportunidad de mostrarle de qué estas hecho, podrás flexionar los músculos delante de la señorita, exhibirte un poco, reír. Cuando lleguéis a casa... Como si la temperatura hubiese subido varios grados en un segundo, se pasó una mano por la cara—. Cuando lleguéis a casa estará dispuesta a todo.

Edward no recordaba cuándo había sido la última vez que se había equivocado en algo. Su infalible sexto sentido, que le dictaba siempre qué hacer y dónde, lo había llevado al éxito en el que vivía. Lo mismo ocurría con su instinto de supervivencia, tan afilado como un cuchillo. Sin embargo, por más que detestase admitirlo, sabía que con Bella se había equivocado desde el primer día. De otro modo, no dormiría solo todas las noches. Y ella no se habría convertido en la Reina del Hielo.

¿Podía haber algo de verdad en la teoría de su vecino?

—No. —Edward sacudió la cabeza, apartando esa idea de su mente antes de que pudiese arraigar en ella—. Los bolos no son románticos —le dijo a su vecino y a sí mismo.

—Pues claro que lo son. —Jasper señaló las camisetas—. ¿Dónde crees que están Esme y Carlisle, ya que no pueden ir a la bolera esta noche? Se conocieron allí hace dos meses. Ella, una maestra de cierta edad, y él, un soltero de toda la vida. Desde el principio, no pudieron quitarse las manos de encima. Y ahora están en las Bahamas, y no jugando a bolos precisamente, te lo aseguro.

—¿En una bolera?—Edward miró las camisetas y tuvo que admitir que a Bella ese azul celeste le quedaría muy bien, resaltaría el color de sus ojos. Y esos pequeños botones...

Se permitió por unos momentos vagar en su mente y se imagino desbrochando esos botones, uno a uno. Empezaría por el de arriba y cuando cada botón saliera de su ojal, besaría el trocito de blanca piel de Bella que fuese quedando al descubierto. Entonces, cuando los hubiese desabrochado todos...

Edward miró a Bella y tragó saliva. Ya no hablaba por teléfono, y sus ojos eran de cualquier color menos celeste. Se veían tan duros y transparentes como el diamante. ¿Cómo la había llamado Jasper? ¿La reina del hielo?¿o habia sido el?

—Eso no te perjudicará en nada. —Jasper se acercó a él—. Sobre todo si haces lo mismo que yo. Fíjate en mí y haz lo que yo haga. Unos cuantos consejos y, en un abrir y cerrar de ojos, te habrás convertido en un auténtico Romeo. — movió la cabeza en dirección al porche y dijo—: Ahora ve con ella, y no olvides que de lo que se trata es de volvértela a ligar.

Antes de poder convencerse de lo absurdo que era todo aquello, Edward bebió otro trago de cerveza y se la ofreció a Jasper a cambio de las camisetas de la bolera. Luego, se dirigió hacia las escaleras del porche donde Bella estaba sentada. Pero antes que el pudiera decir algo ella solto en un frio susurro

—Era Charlie el que llamaba.-Hacía tanto tiempo que no le decía una frase entera, que el sonido de su voz lo dejó petrificado. Hizo una pausa al pie de la escalera y la miró. Desde aquella corta distancia no parecía más cordial de lo que lo había estado desde la noche de la lucha libre, pero notó que en sus ojos había algo que iba más allá del enfado. Parecía aferrarse con fuerza a alguna emoción y su voz sonaba perfectamente controlada, como si se negara a permitir que sus sentimientos, o lo que fuere, se inmiscuyesen en sus deberes profesionales.—Te alegrará saber que la fecha del juicio se ha fijado para el mes que viene. —Dobló las manos en las rodillas y Edward se preguntó si la noticia la aliviaba tanto como a él. ¡Un mes más! Un mes más antes de poder volver a la vida que Bella y el FBI le habían arrebatado. Un mes más y lo celebraría con caviar y champán. Un mes más y volvería a hacer diez largos de piscina cada mañana, sólo para recuperar el tiempo perdido. Un mes más y... Una sonrisa quebró su expresión. Tuvo la tentación de levantar el puño en el aire en señal de victoria, pero se controló justo a tiempo.

Miró a su alrededor. Las flores que había plantado no se veían tan lozanas como las del jardín de Alice. Pero seguían creciendo, y el verano todavía duraría, incluso allí, en Forks, donde le habían contado que las heladas llegaban temprano y las flores anuales no vivían más allá de mediado octubre. Si volvía a Nueva York, no vería la floración. No vería si las macetas que había colocado en las ventanas del coche desguazado llegaban a dar las flores que él había imaginado.

¿Un mes más?

Edward miró las camisetas de la bolera que llevaba en la mano y después miró a Bella. Un mes más y no tendría la oportunidad de compensarla por todo lo mal que se lo había hecho pasar. Merecía algo por el agravio, por la escapada al supermercado, por la desaparición en el auditorio. No podía prometerle ninguna diversión. ¿Cómo iba a divertirse en la bolera? Pero el romanticismo...

El romanticismo, en cambio, era otra cosa. Era algo que sí podía garantizarle.

—Mira, estaba pensando... —Edward soltó el aire que le presionaba en los pulmones y dijo—: Jasper y Alice tienen unas ganas locas de... —Había equivocado el enfoque y lo intentó de nuevo—. Como seguro que no has pensado en otra cosa que seguirme toda la noche, he pensado que...

Otra errada incursión en el mundo del romanticismo. Edward se pasó una mano por el cabello e intentó recordar cómo se hacía eso de ligar. En su vida normal, lo de ligar le salía solo. Nunca tema que buscar las palabras necesarias para romper el hielo. Nunca se sentía estúpido ni avergonzado. Nunca había tenido que abrirse paso a hachazos a través de un impenetrable bosque de palabras a fin de pedirle a una mujer que saliese con él, porque en el momento en que prestaba la más mínima atención a una mujer, ella sabía exactamente lo que él quería y estaba más que dispuesta a acceder.

Pero Bella no lo estaba y, si lo pensaba bien, Edward estaba casi seguro de que nunca había sido una mujer accesible, no para él, por lo menos.

La sensación de frío le invadió de nuevo y tembló. Apartó esa idea de su mente y recordó que sólo le quedaba un mes. Si no practicaba un poco, no volvería a estar preparado para la vida real cuando por fin recuperase la suya.

Tuvo que decirse que no era Emmett. No, el era Edward Cullen, el Romeo de la prensa del corazón. Y las mujeres eran poco más que juguetes en sus manos. Ese pensamiento le hizo subir la adrenalina, como la sentía cuando salía de caza. Alzó la barbilla, permitió que la comisura de los labios se curvase en una leve sonrisa y subió los peldaños de dos en dos. No era eso lo que Bella esperaba. La vio intentar ponerse de pie y retroceder, insegura de lo que se traía entre manos. Eso le beneficiaba, siempre estaba bien pillarlas con la guardia baja.

Antes de que Bella alcanzase a hacer su maniobra el se dejó caer a su lado, en el escalón superior, la tomó de la mano y entrelazó sus dedos con los suyos. Intensificó un tanto la sonrisa.

—¿Por qué no salimos juntos? —preguntó—. Esta misma noche.

Bella abrió la boca para hacerle saber, muy probablemente, que se había vuelto loco, pero el la corto apoyando uno de sus dedos en su rosada boca. Vio que sus ojos se oscurecían y que jadeaba de un modo apenas perceptible. Notó la pincelada de color que había teñido sus mejillas y, como si de un truco de magia se tratase, todo volvió a él. Era otra vez el Romeo de la prensa del corazón y no había perdido ni un ápice sus poderes.

—No digas nada —le pidió Edward en un susurro—. No digas ni una sola palabra —musitó, con el aliento tan cerca de los cabellos de Bella que los hizo vibrar—, hasta que esa palabra sea un «sí».



********
aaahhhh Que va a decir nuestra Bella??
Dira que si??
La va a cortejar como le recomendo Jasper??
uuuuhhh emocion!
Comenten si?
Besos
Las quiero
*NENY W CULLEN*

sábado, 19 de junio de 2010

Alguien Mas



Sumary: Bella sospecha que su novio la engaña, pero no esta preparada para la verdad. ¿Puedes perdonarte por hacerte tanto daño?
OS para el Alguien Mas Contest de Erase Una Vez de Mixx. Pasen a su blog a leer las demas..estan buenisimas todas.



“Alguien Mas”



Mi respiración estaba agitada y mi garganta cerrada de dolor, aaggg maldita pesadilla, otra vez me despertaba en mitad de la noche. Y nada lograba quitarme la opresión del pecho mis lagrimas corrian solas sin poder controlarlas.

-Rayos Bella, fue solo un maldito sueño- gruñi limpiándome las lagrimas , respire profundo y me levante a tomar agua. Mire el reloj, 5 am. – genial, otra vez voy a tener ojeras.

Prendi el televisor mientras contaba las noches que llevaba asi. Llevaba casi medio año con el pecho apretado. Con un dolor que se acrecentaba cuando el se iba de viaje. Esos famosos viajes que nos provocaban constantes peleas. Que me dejaban herida y que hacían que el saliera furioso despotricando contra el mundo. Ya llevábamos seis meses asi, pero desde hace un tiempo que esa pesadilla era todas las noches, con el a mi lado o en el otro lado del mundo.

Como si de alguna forma mi subconsiente me indicara que el ya no estaba conmigo. Frio, desconcentrado, diferente. Algo habia en el que no calzaba con el hombre que conoci hace 1 año y seis meses.

*Flash back*

-Disculpa, este asiento esta ocupado?

Levante la vista de mi libro hasta el hombre con voz ronca, ojos azules, y sonrisa brillante que contrastaba con su pelo rubio y me quede estatica al comprobar que me hablaba a mi. Mire a mi alrededor y me percate que casi todos los asientos del tren iban ocupados y aunque odiaba la idea de ir acompañada algo me indico que lo dejara sentarse a mi lado.

Negue con la cabeza y saque del asiento del frente mi bolso con las únicas pertenencias que me quedaban, dejándolo en el suelo

-Gracias- dijo el sentándose frente a mi.
Intente volver a mi libro pero sus ojos penetrantes no me dejaban en paz. Respire profundo y me enfoque a la lectura

-No puedo creer que leas esa basura- dijo de repente haciéndome saltar

-Disculpa?- mi voz salió molesta, por algo odiaba que alguien se sentara junto a mi o al frente. Lo mas probable es que ese “alguien” intentara entablar una conversación

-Orgullo y prejuicio?- dijo con desden mirando la portda de mi libro- acaso eres de esas mujeres que leen esa basura creyendo en el amor total y absoluto?

-Que hay de malo con eso?

-Ese amor no existe- dijo con total naturalidad, haciéndome sonreir- ese amor no es real

-Ah no?. Y que definición tienes para el amor?- no pude evitar preguntar con una sonrisa para su estupidez

-Facil, el amor viene después de una buena sesión de sexo, si es buena en la cama puedes llegar a enamorarte de ella. Si no lo es, solo la querras por un tiempo

Rei sin querer ante su definición, bastante parecida a la de Emmett, esos dos se llevarían bien.

-Que es tan gracioso?- pregunto con una sonrisa coqueta

-Te llevarías bien con mi hermano. El opina que del sexo al amor hay una 3 polvos- dije divertida. Sin querer me sonroje al usar las palabras de Emmett- son sus palabras- aclare rápidamente

-Tranquila, esas palabras salen muy bien de tu boca- dije acercándose a mi poniendo sus codos sobres sus rodillas y sin poder evitarlo me sonroje.- Soy James..y tu eres?

-Isabella- respondi sin preocuparme de que le daba información clasificada a un completo extraño- pero todos me dicen Bella

-Es un placer Isabella- temblé al oir mi nombre en su boca- dime, que te hace ir a Nueva York. Placer o Negocios?

-Ambos- respondi con una sonrisa- trabajare allí en el NY Times asi que también es placer

El solo sonrio y asintió

-Es un placer para mi también, mi querida Isabella



“Mi querida Isabella”, el siempre me llamaba asi, hasta hace 6 meses que todo cambio. Comenzo a llamarme Bella, viajaba mas seguido, y cada vez que volvia solo me daba un beso en la mejilla. “Alguien mas” eso me decía mi cabeza. El tiene a alguien mas.
Deje de pensar en ello y me dedique a lo único que podia hacer ahora. Aseo, comida, ver TV y ver jugar a los niños del vecino en el parque. Sip, pase de ser una connotada periodista a una dueña de casa. Solo por el, solo porque el quiso que ya no trabajara mas.

Recibi un mensaje de texto que me despertó de mi sueño inducido por las lagrimas.:

“Llego en dos horas. J”


Mi sonrisa se extendió y de inmediato me fui a tomar un baño. Hoy lo recibiría como el se lo merecía, como el siempre esperaba que lo hiciera. Despues de calentar su cena favorita, me coloque el atuendo correcto. Solo unas bragas azules, color de sus ojos. Y la corbata del mismo color que le compre ayer mientras andaba por el centro. Un poco de perfume entre mis pechos y aretes que combinaran con la corbata.

Senti como estacionaba el auto frente a la cochera y baje la intensidad de las luces. Me sente en la mesa del comedor al lado de su comida. Con mis piernas abiertas de par en par sobre las sillas y mi cabello sobre un hombro, espere que entrara en la sala

-Bells?

-Por aca- dije suavemente, sabia que el me oiría.

En cuanto entro nada paso como realmente esperaba. Esperaba su sonrisa radiante, que en realidad fue una mueca en su boca, esperaba que se acercara a mi y me tomara entre sus brazos pero solo se quedo en la puerta mirándome…molesto??

-Bella, estoy cansado- gruño mientras se apretaba los ojos. Mi pecho dolio y mis lagrimas amenazaban con correr despavoridas por mis mejillas. Despues de gritarle internamente a mi cuerpo que se moviera, me baje de la mesa e intente sonreir.

-Tienes razón, que desconsiderada- dije girándome hacia el plato descubriéndolo para que saliera el vapor del calor y que no viera el mi dolor en los ojos- debes tener hambre. Estas cansado verdad?? Dios, lo siento yo no…

-Bella- su voz estaba en mi cuello y sus manos acariciaron mis brazos suavemente, como amigo no como hombre, no como si realmente me quisiera- Estas bonita

¿Bonita?? Que hay de sexy?? Bella?? Que hay de mi amor?? Mi mujer?? Que hay de sus palabras sexies que hace 6 meses no decía??. Me trague mi odio, me trague mi rabia y me gire a mirarlo a los ojos. Ya no decían nada, sus ojos simplemente no expresaban nada. No habia fuego, no habia pasión…nada. Me puse de puntillas y lo bese suavemente en la boca. Ya no sabia a wisky, ni a cigarro. Ahora sabia a menta, y algo cítrico …sabia a mujer.

-Come tranquilo- dije con lagrimas en los ojos y una sonrisa falsa- descansa. Ire donde Alice esta noche- Acaricie suavemente su mejilla afeitada y mi corazón dolia como nunca.- descansa si?

Camine hacia la habitación y mientras me vestia lo sentí en la puerta, pero no quería que viera mis lagrimas ni mi nariz roja de tanto sonarme

-Tengo que viajar mañana otra vez- dijo con voz sombria. Y mi rostro se contrajo de dolor. El se iba con ella. Eso estaba claro- quizás por dos semanas

-Eso quiere decir que no iras conmigo a la fiesta de Alice el sábado- dijo mientras abrochaba mis botas y me ponía de pie mirando hacia el ventanal

-Lo siento- dijo de forma monótona mientras yo intentaba guardarme las lagrimas- supongo que tendras que ir sola

-Esta bien. Ya me acostumbrare- el no dijo nada en contra de eso y de inmediato supe que en realidad tendría que acostumbrarme a eso…tendría que acostumbrarme a que el ya no estuviera. Tome mi bolso y camine hacia la puerta sin mirarlo- en realidad no creo que vaya de todas formas, la invitación en con pareja James, lo olvidas? Fue tu idea- dije entre dientes mientras abandonaba la habitación. Ya no quería llorar mas, al menos no frente a el.

****

-Tranquila amiga, estoy segura que es el estrés. Le paso a Jasper, estoy segura que es eso

-y yo estoy segura que tiene a alguien mas Alice, las cosas son tan obvias y tu no las quieres ver- replique mientras mi amiga revisaba en su ropero que me pondría para si fiesta- insisto Al…no se porque tengo que ir si no debo- replique ante su insistencia de asistir- no tengo pareja

-Esa idea fue estúpida y solo la acepte por que aprecio demasiado a tu novio- replico desde el closet metida entre miles de vestidos- pero justo el va a hacer que faltes a mi fiesta?? Aha!!-grito indicándome que habia encontrado lo que quería- Olvidalo Bells, tu vas a ir…-dijo saliendo con un vestido negro strapless con una pequeña cinta roja bajo el busto junto con los zapatos del mismo estilo- además, las chicas quieren verte. Rose y Leah están ansiosas por ver tu nuevo look y Victoria aprovechara que esta aquí en NY para contarnos de su vida y…

-Victoria esta aca?- pregunte sonriente

-Aja, ella esta de vacaciones por aca y quiere contarnos algo importante… asi que porfavor anda si?- su puchero de niña buena me dejo con el pecho oprimido, llevaba mucho tiempo abandonando a mis amigas, ella tenia razón

-ok, ire, pero con la condición de no hablar de el ok?

-Trato hecho- respondió sonriente, mientras que yo, por dentro, rompia mi corazón en mil pedazos de solo pensar que el estaría entre sus brazos

*********

-Definitivamente estas hermosa Belly. Alice sabe lo que hace- dijo Leah tomandose su cuarto trago

-Hey! Que se supone que significa eso??- pregunte dolida mientras las chicas reian a carcajada limpia

-Nada Bella…Leah ya esta borracha!- respondió Rose muerta de la risa, tan contagiosa que logro sacarme una sonrisa a mi.

-Oh Por Dios!!- al oir su voz no tuve la necesidad de voltear para saber quien era

-Victoria Smith mas te vale que tengas una buena excusa para…- me quede en silencio cuando al girarme me encontré con mi antigua amiga de la escuela con una gran barriga de embarazada- OH POR DIOS!!!

Mi grito se unió con el resto de las chicas que me acompañaron corriendo hasta Vicky, nuestra sonriente Vicky

-No lo puedo creer…embarazada??- decía Leah con una gran sonrisa- Cuanto tienes?

-Siete meses, pero parezco de diez- la risa de Viky me contagio a mi y todas reimos

-Y quien es el afortunado papa??- pregunto Rosalie- mientras nos volvíamos a sentar en el gran sofá de la sala viendo a los hombres hablar en la terraza con un wisky en la mano y un cigarro en la otra. Sin querer deje de oir a las chicas e imagine como pudo haber sido tener a James allí. Sin quererlo, mis ojos se empaparon y recordé que debía acostumbrarme a aquello

-Y que hay de ti Belly?- la voz de Vicky me saco de mi ensoñación- Tienes a algún afortunado en la vida?

-Yo..

-Claro que si- respondió Alice por mi- solo que hoy no pudo venir. Viajes de negocios. Pero yo se que esta completamente enamorado de ella.

-Bien por el!!- brindo Rosalie con su copa en lo alto quien aun no conocía a mi hombre

-Que lastima que no vino, hace tiempo que quería conocerlo- el puchero de Leah se parecía al de Alice y no pude evitar reir, esas dos se estaban juntando mucho

-Que hay de ti Vicky? Que podemos saber del padre de tu hijo- pregunte y todas me miraron extrañadas

-No escuchaste nada de lo que dije recién??- pregunto con cara contrariada. Arrugue la nariz y negué haciéndola sonreir- Bueno, nos casamos en Europa asi que por lo mismo no les avise, hace 5 años…bueno 6 si contamos el ultimo año pero yo no lo cuento- hizo un gesto con la mano haciendo que todas nos miraramos extrañadas. Ella vio nuestras caras y suspiro- El tuvo un affair, algo rápido, algo sin importancia y cuando le dije que estaba embarazada el lo dejo todo y volvió a mi

Sus aires de superioridad me dejaron impactada…podría yo olvidar el daño que me hace James ahora mismo? Podría sonreir de la misma manera que Vicky y dejar pasar todo lo que ha hecho…mejor dicho, no ha hecho por mi mientras se revuelca con otra??

-Ademas, se que James jamás me dejara…yo soy su princesa- James?? Princesa??. Dios que no sea lo que estoy pensando. Mire a Alice frente a mi en el sofá y sus ojos se abrieron como platos

-James?- pregunto Alice tratando de que el pánico en sus ojos no se reflejara en su voz

-Si, James Mcarty es un…- su nombre en sus labios me dejo en shock… James Mcarty?? Mi James? Casado?? Affair?? Una año?? De repente todo encajo…el no tenia a alguien mas…yo lo era.- de hecho, el debería estar llegando. Al parecer tenia un problema en la oficina, pero…

El silencio reino en la sala mientras Alice me miraba asustada. Miro por sobre mi cabeza, mientras Vicky se ponía de pie sonriente para ir a la puerta justo detrás mio. Mire a Alice y no pude evitar llorar…era el. Era quien decía amarme, era quien decía yo era su princesa, era a quien le habia entregado mi corazón, cuerpo y mente. Era quien decía ser para mi para el resto de la vida y en realidad yo solo era un “affair”…una maldita aventura de la que se aburrió cuando mi amiga, su mujer quedo embarazada

-Chicas, quiero que conozcan a mi esposo- dijo Victoria en mi espalda, mientras yo miraba el espanto que habia en la cara de Alice- James, ellas son mis amigas de la secundaria. Chicas, mi hombre.

Rosalie y Lee lee se pusieron de pie y saludaron al hombre mientras sentía una mano en mi hombro

-Bells, estas bien?- la voz de Viky me trajo de vuelta al mundo real. Yo habia sido su amante, esa alguien mas que tanto yo odiaba. Comencé a llorar y no pude evitar chillar de dolor- Bells que ocurre??, que pasa?? Alice, que le sucede??- la voz de quien era la pobre victima se volvió llena de dolor. Y de reojo pude ver como Alice se ponía de pie y se acercaba al hombre de mi espalda

-Tranquilas- dije en un susurro tomando el brazo de mi pequeña amiga. Sabia que Alice lo enfrentaría y con la mirada le rogue que no hiciera nada, porque no quería que las demás me vieran como yo me veía en estos mismos instantes- estoy bien. Vicky, lo siento, sabes cuan mal se me da el mentir- dije poniéndome de pie y enfrentando a mi mentira. Increíblemente sus ojos no expresaban absolutamente nada- Es un gusto conocerte James- dije alzando mi mano para que el la tomara lo que no dudo en hacer.
Sin saber por que en vez de llorar mas solo sonreí- Lo siento Vicly, pero Alice mintió

-Que?- las voces de Lea, Rose y hasta la misma Alice se vieron acompañadas con las miradas de James y Jasper que habia visto todo desde el balcón.- de que estas hablando Bella??

-Yo nunca tuve una relación- dije sin dejar de mirarlo, esperando encontrar algún vestigio de sentimientos en el, pero no habia nada- Alice lo invento por que no quería sentirme tan patética como me siento ahora- mi risa salio sin humor y ellas lo notaron.- No hay nadie en mi vida…nadie- mire a Vicky y sonreí- El es un hombre con suerte. Una hermosa mujer y un hijo en camino, que hombre no quisiera eso- Vicky me miraba con dolor, quizás como era mi cara que le provoca tanta pena.- tengo que irme ahora. No quiero quedarme aquí a arruinarles la velada

-Cariño, no te vayas- la voz de Vicky era de verdadero cariño, y mi pecho dolia de solo pensar que yo le cause dolor a ella este ultimo año, por que sin que ella supiera, sin que yo lo supiera, yo era ese alguien mas en su relación.- no hablaremos de relaciones, lo prometo. Quedate, porfavor

-No puedo Victoria…no puedo quedarme a ver como todas tienen a alguien a su lado cuando yo estuve rogándole a alguien se quedara conmigo- respondi ya sin controlar las lagrimas que corrian como cascadas por mis mejillas- algún dia encontrare a ese alguien….que me ame como tu amas a Vicky verdad??- pregunte mirándolo directamente a el…a mi martirio

El tomo su cintura y acaricio su abultado vientre

-Claro que si.- dijo con su maldita sonrisa brillante- Estoy seguro que encontraras a ese alguien Isabella

Mi rostro se contrajo de dolor e intente sonreir pero mi corazón estaba completamente destrozado. El me uso, solo fui alguien mas para distraerse de un matrimonio que no lo satisfacía. Yo era la otra. Y camine hacia la salida dejándolo atrás, entendiendo que también dejaba atrás 1 año y 6 meses de amor perdido en alguien que no lo merecía.

****

-Disculpa ese asiento esta ocupado?- pregunte en un susurro, mi voz ya no salía desde hace una semana de tanto llorar

-Si. Lo esta- respondió con voz sombria el hombre sin siquiera mirarme. Mantuvo su
mirada en el libro que tenia en sus manos mientras yo me quedaba ahí. Asentí sin que el me viera. Que no hubiera dado por haber dado esa respuesta hace mas de una año. Si hubiese dicho que no ahora no huiría de vuelta a casa, no escaparía como una cobarde de saber que era alguien mas en una relación establecida. Las malditas lagrimas ya no paraban de salir, ni siquiera pedían permiso para salir, lo hacían sin dudarlo.

Solo camine dos pasos cuando el tren se detuvo en seco mandándome directo al suelo junto con mis maletas.

No me quería levantar, no quería seguir con esto y estalle en llanto

-Oh, Dios!!- gemi cuando mis manos se vieron ensangrentadas por la caída. Llore, llore como lo habia echo en días, desde esa verdad.

-Dios…Señorita, lo siento- decía el hombre que ayudaba a ponerme de pie

-Dejeme…porfavor- gemi en el suelo, por que asi es como sentía que debía quedar, en el suelo. Basureada, triste y sin consuelo. Por que nadie amaría a quien fue la amante de alguien. Mi llanto se hizo tan intenso que ya no era secreto en el vagon del tren que habia una mujer en el suelo llorando como una maldita magdalena sin consuelo.

-Señorita porfavor, déjeme ayudarla…- lentamente me ayudo a ponerme en pie y me sento en el lugar frente a el- lo siento tanto

-Esta bien, solo…-cuando levante la vista me quede perpleja. El hombre de pelo broncíneo y ojos verdes me dejaron impactada, el también tenia los ojos rojos de llorar. Y su cara estaba crispada de dolor, como si conociera el dolor que yo sentía. Nos quedamos mirando unos segundos y luego sonrio. Una sonrisa torcida que me dejo deslumbrada.- estoy bien… Lo siento tanto yo..

-No lo sienta- dijo sin dejar de mirarme a los ojos. Como si de alguna manera nos comunicaramos con la mirada- Ya esta bien no? Yo soy el culpable por haberle negado el asiento no?

-No, no, al contrario…es aceptable.. cualquiera que no quiere compañía haría lo mismo- respondi rápidamente mientras trataba de concentrarme en mirar sus ojos y no su boca- lo entiendo

-Aun asi me arrepiento de haberle negado el asiento a una mujer tan hermosa- sus palabras me dejaron helada. Si intentaba coquetear conmigo no le funcionaria. Aparte la mirada de el y frunci el ceño- Lo siento, dije algo malo?- pregunto preocupado

-No Sr- dije sin mirarlo- solo dijo lo que piensa no?. Gracias otra vez.- saque de mi bolso mi libro y empece a leer en cuanto el tren se movio nuevamente. Sentía las miradas del hombre frente a mi, pero ya habia aprendido mi lección. Nunca mas caería en aquel juego. No era necesario tropezar dos veces con la misma idiotez verdad?.

Segui con mi lectura de Cumbres Borrascosas cuando el móvil sono con fuerza en mi bolso. La música me indicaba que James habia llegado a la cuidad…si es que realmente habia salido de ella. Se debe haber dado cuenta que vendi la casa que compartíamos y que lo que habia en ella se fue a la basura. Respire profundo al saber que de alguna forma me estaba redimiendo. Estaba perdonándome mis errores aunque nadie mas lo hiciera. El móvil sono hasta que el buzon de voz lo tomo, y asi siguió gran parte de la hora.

De vez en cuando el hombre frente a mi me miraba extrañado pero después de unos segundo volvia su mirada al libro en su regazo…acaso también leia Cumbres Borrascosas?? Mire extrañada su comportamiento cuando su móvil sono. Miro el visor, frunció el ceño y negó con la cabeza, entonces, sin que nadie lo esperara ni lo notara en un rápido movimiento lo tiro por la ventana. Mire horrorizada como el aparato se perdia en la maleza del camino y la velocidad del tren, pero cuando lo vi cerrar los ojos y sonreir comprendi que era un verdadero alivio para el. Se sentía libre, sin ataduras, sin rencores ni dolores.

-Ojala pudiera hacer eso- susurre para mi, reprendiéndome por saber ser mas firme en mi situacion. El me miro, se puso de pie y estiro su mano hacia mi con una sonrisa torcida que me volvió a deslumbrar

- Bueno, yo estaria encantado de ayudarla señorita..- lo dude por un segundo, pero comprendi que debía perdonarme..el lo acababa de hacer no?. Por que yo no?

-Bella…Bella Swan- dije tomando su mano y poniéndome de pie

-Encantado Bella …Soy Edward Cullen- respondió mirando nuestras manos entrelazadas, y suavemente las giro para ver mis dedos níveos sobre su piel

-No soy casada, si eso es lo que te preocupa- el me miro con una disculpa en sus ojos y le respondi con una igual de triste

-Que bueno, porque me canse de ser alguien mas.

******
N/A Espero les haya gustado. Hace tiempo queria hacer algo sin lemmon y salio esto...
Si les gusta espero lo comente y voten por el en el blog de Mixx.
Besos gigantes
NENY

PREMIOS!

Mis niñas lindas hermosas...primero les cuento que tanto Nohe como Xiqii y Mixx me han dado lindos regalos..(mixx aun no paso a buscar los tuyos, lo hago de inmediato) y quiero agradecerselos enormemente!!
Mil gracias a quienes me han esperado. Daly, Micky(Mical) Alexcullen(gracias por lo que me dijiste en msn) Electrica, Laura Frias,Sara, Leda y muchisimas mas. Les cuento que al parecer he salido de mi mala racha y mañana habran capis (plural porque seran uno de cada fic que tengo en proceso)
Agradecerle a cada una de ustedes que esten atentas al blog y nuevamente por su cariño entregado a mi madre.
LAS QUIERO MILLONES!!




Este me lo dio Nohemi Cullen.. de Luz de Luna.
TE QUIERO MI NOHE HERMOSA!!!


Otro de mi Nohe.. ella es genialisima! Te quiero mi niña!!


Este premio fue de mi linda Nohemi..mil gracias cariño ...lo ame!


Este me lo dio la hermosa Ana...mas conocida como Xiqii de Lemmon Twilight y se lo agradezco enormemente
Mil besos mi niña linda

viernes, 11 de junio de 2010

Cuanto tiempo???…no lo se

Chicas, realmente siento mucho el no actualizar esta semana, y sinceramente no hay excusas.

La única razón por la que no he subido es simplemente porque no he escrito nada. Desde hace casi un mes estoy completamente bloqueada y no de imaginación. Les puedo asegurar que las historias están hasta su final, todas ellas tienen una historia completa, es solo que cuando me siento frente al ordenador no hay manera que me ponga a escribir.

Hasta he leído mis fics con tal de entusiasmarme a escribir pero nada. Además mama ha empeorado y eso no ayuda a que pueda escribir con tranquilidad. Espero este fin de semana, que estare en cama por una gripe fuerte, me sirva para escribir.

Pero también les quiero pedir un favor. Cuando hice lo del chantaje, funciono bien, pero no esperaba que en realidad las tuviera que premiar por comentar…sinceramente esperaba que me regalaran aunque sea unas dos líneas para seguir escribiendo, pero desde hace una semana la ultima entrada tiene solo 7 comentario…DESDE HACE UNA SEMANA!!!

Eso duele, de verdad! Se lo que se siente estar sin coments y por lo mismo yo les escribo a ustedes aunque sea uno chikito.

Chicas yo las quiero mucho de verdad son para mi un gran escape y una completa distracción de mi mundo real y espero serlo para ustedes.

Asi que espero poder contar con ustedes.

Besos gigantes

Las quiero!!

*NENY W CULLEN*

PD: no dire fecha de publicación pero si subiré lo mas pronto posible. Vale?. Besos grandes!


 


 

martes, 1 de junio de 2010

Capítulo 15 Busqueda

Ok, Chicas, lamento realmente la tardanza si, y me alegro ver que aun asi hay coments...muchas gracias. Les cuento que estoy bloqueada a morir. Tengo una sequia asquerosa de ideas. Pense que al cambiar la imagen del blog ayudaria a darme nuevas ideas, pero no ha servido de mucho :S.
En Fin, 1º agradecer a Mixxii querida por ayudarme a arreglar el blog.A Electrica por echarme animos cuando estoy mal y animarme a seguir LAS QUIERO 2º les dejo mi correo para quienes quieran agregarme al msn y me quieran ayudar con ideas para los capis siguientes. 3º PAME, me encantaria ayudarte con lo que se...aunque no sea mucho, agregame y veremos como podemos hacerlo. Vale?
Ya no las aburro mas. las quiero mucho mucho
NENY
AH! y bienvenidas a las chicas nuevas!
Bessos y disfruten el capi









Capítulo 15 Busqueda


Edward se dio cuenta que habia leído demasiados libros suspenso y espias . Esas viejas tramas llenas de espionaje y contraespionaje, buenos y malos, genios diabólicos y héroes dispuestos a darlo todo en nombre de la libertad, eran exactamente las que le pasaban a Edward en esos momentos por la mente.

De otro modo, jamás se le habría ocurrido creer que alguien lo seguía ni habría entrado en el lavabo por una puerta y salido por la otra con la intención de despistarlo. De otro modo, no se habría pasado todo el tiempo volviendo la cabeza por encima del hombro para ver si alguien lo vigilaba mientras acudía a la cita con Seth.

Mientras doblaba una esquina del recinto se pregunto si los espias sentían alguna vez una sensación de culpabilidad como el se sentía ahora mismo. No lo tenía claro. Los espías tenían fama de mantenerse fríos ante las adversidades. Les importaban más sus misiones que ellos mismos o que otras personas.

Viendolo desde ese punto de vista el jamás llegaría a ser uno. Rapidamente sacudió los hombros para librarse de la incómoda sensación que le agarrotaba. Por más que se recordara que Bella era una profesional y que las profesionales sabían cuidar de sí mismas, se sentía culpable de haberla dejado en los brazos de aquel monstruo gigantesco y musculoso que la había levantado en el aire para sacarla del tumulto.

No es que apreciara la intención del tipo de sacarla del tumulto, por que incluso con esa tremenda imagen de duro y bocazas lo único que el hombre intento fue sacar a la chica del peligro y ponerla a salvo. Además gracias a su buen corazón Edward tuvo la ocasión perfecta para huir.

Aun asi la sola idea de haber abandonado a Bella le pesaba enormemente en la conciencia y en el corazón, especialmente cuando sabia que lo que en realidad deseaba era tomarla en sus brazos y protegerla para siempre. Esperen… ¿Para siempre?

Esas dos palabras lo paralizaron. Se detuvo en mitad del pasillo. Para siempre era mucho tiempo.
Rapidamente intento olvidarlo y no dejar que el tiempo pasara

Recapituló: había escapado y se dirigía a la Sección 545. No podía pensar en el «para siempre», era demasiado porque no disponía de un «para siempre». Tenía sólo unos pocos minutos para encontrarse con Seth y contarle todo lo que era imprescindible que supiese. Por el momento, bastaba con preocuparse por eso.

—Quinientos cuarenta y dos, quinientas cuarenta y tres, quinientas cuarenta y cuatro —decía para sí a medida que comenzaba a caminar nuevamente.

Justo enfrente de la Sección 545 había una puerta amarilla de metal con un letrero en el que se leía «Material». Edward aún estaba leyendo el cartel cuando la puerta se abrió y la cabeza morena de Seth aparecia con sigilo.

—¡Edward! —lo llamó—. ¡Por aquí!

Edward se sintió aliviado y su sentimiento de culpa desapareció. Al igual que los espías, él también tenía una misión y, en aquel momento, lo único que importaba era dicha misión. Volvió la cabeza por última vez para ver si Bella lo seguía, se metió dentro del cuarto de material y cerró la puerta a sus espaldas.

********

Cuando entró en el lavabo de hombres, el tipo del piercing en el pezón acababa de encender el porro que le colgaba de la comisura de los labios. Al reconocer a Bella se quedó un momento asombrado pero, con sus prioridades siempre por delante, acercó el mechero al porro, inspiró profundamente y sonrió.

—Vaya, vaya vaya… pero si es la señora de la camiseta de los osos de peluche... —Le dio otra larga calada al canuto y mantuvo el aire unos segundos en los pulmones—. ¿Qué haces? ¿Por qué escondes esos ositos tan lindos debajo de la camiseta de un luchador? ¿Temías que pudiera encontrarte con demasiada facilidad?

—Sí, hay cosas a las que uno debe temer. —Bella puso los ojos en blanco para dar más énfasis a sus palabras, aunque sabía que el tipo seguramente no lo notaría. Tenía los ojos demasiado vidriosos como para poder reparar en ese tipo de detalles.

Quizás estaba demasiado drogado como para darse cuenta de lo que ourria. Bella lo miro a los ojos y realmente sintió que la mala suerte habia regresado. Lo que menos necesitaba ahora era tener que lidearselas con un tarado pasota. Agarró el bolso con fuerza y avanzó para salir.

Rapidamente se movió hacia su derecha y el tipo lo hizo hacia su izquierda bloqueándole el camino. Ella se movió hacia la izquierda y él lo hizo hacia la derecha. Habría sido más fácil encontrar una manera de eludirlo si no hubiese sido un muro de cuero negro, tatuajes y músculos. Era unos dos palmos más alto que ella, y el doble de ancho incluso en uno de esos días en que estaba más hinchada de la cuenta debido a la tensión premenstrual.

Bella apretó los dientes. Él notó su frustración y soltó una carcajada tan fuerte que el dragón rojo y azul de su estómago se onduló. Luego se apoyó en la puerta y dio otra calada al porro.

—A donde vas tan deprisa…. ¿ realmente crees que puedes librarte de mí de ese modo, y más después de cómo me trataste en la cola de entrada? Fuiste muy brusca, señorita de los ositos de peluche. No se puede ser tan desagradable. —Bella sintió como la observaba de arriba abajo como si esperaba que con eso ella se pusiera nerviosa. Y eso habría sucedido si Bella tuviese el tiempo para hacerlo. Pero tal como estaban las cosas, lo único que deseaba era volver de nuevo al pabellón y buscar a Edward.

Con un gruñido de impaciencia, Bella se volvió sobre sus talones y caminó hacia la otra puerta. Pero antes de poder llegar a ella el giganton se adelanto y le cerro el paso.

-Tu eres la que causo todo el revolcón alla afuera no?- pregunto con una sonrisa burlona mientras le tiraba el humo de porro en la cara- Por eso te escondes verdad?
-¿Y tú por qué te escondes? ¿Para fumarte el porro? —preguntó ella tratando que la dejara en paz

—Pues claro que sí. —El tipo sonrió. Alzó el porro a la altura de los ojos, lo miró amorosamente y luego se lo ofreció a Bella—. Tienes huevos, eso está claro, señora de los ositos de peluche. ¿Tienes ganas de fiesta?

—No, lo único que quiero es salir de aquí —respondió ella entredientes, sacudiendo la cabeza—. Busco a una persona y tengo que encontrarla enseguida, o sea que si me disculpas...

Intento que con eso funcionara y dio un paso para esquivar al tipo pero él, de nuevo, le cerró el paso. Parecía divertirse de lo lindo molestándola pues soltaba grandes carcajadas. Bella aguantó el chaparrón porque lo último que le faltaba era montar una escena, pero cuando hizo un último intento de sortearlo y él la agarró por el brazo empujándola con fuerza, realmente se hartó.

—Muy bien, ¿quieres jugar? —Bella se sacó la mano de encima y retrocedió, lejos del alcance del tipo. Se puso las manos en los costados y se detuvo con los pies separados.

Sin apartar la vista de aquella montaña vestida de cuero que intentaba intimidarla, metió la mano en el bolso y hurgó en él hasta que encontró su placa dorada. Luego, con un rápido movimiento, la sacó y se la plantó ante las narices.

—Agente especial Isabella Swan, del FBI —le grito en su cara. El grandullón abrió tanto la boca que el porro se le cayó de entre los labios y no hizo nada por recuperarlo. Miró fijamente a Bella, y su rostro pasó de enrojecido a pálido en décimas de segundo.

—¡Mierda santa! —exclamó. Era una pena que el elemento sorpresa no fuese considerado una cura científica, ya que hacía volver a la realidad al más colocado. Siempre funcionaba. El tipo recuperó la sobriedad al instante. El contoneo desapareció de sus hombros, el tono fanfarrón de su voz y sus ojos se llenaron de pánico—. Mierda santa, ¿no serás una...? ¿Eres una...? No vas a arrestarme por esto...

—¿Por tráfico de drogas? ¿Por asalto a una agente federal? ¿Por obstrucción de la justicia? —Bella le mencionó todos los delitos que acudieron a su mente sin poder evitar sonreir en sus adentros. No podría probar ninguna de esas acusaciones, y ella lo sabía, pero el tipo no tenía por qué saberlo. Tenía que aprovecharse de él mientras pudiera—. ¿Cómo te llamas? —le preguntó.

—Felix, señora. —El tipo tragó saliva—. Felix Sedgewick Tercero.

—¿Felix Sedgewick Tercero? —Aquel nombre no encajaba con los ajustados pantalones de motorista—.Felix—dijo con el tono de voz adecuado y el tipo de sonrisa que le habían enseñado a utilizar en la Academia, una sonrisa cuyo objetivo era inspirar confianza para que incluso el más beligerante de los testigos la considerase una amiga—. Verás, Felix. Yo te ayudaré pero tú tienes que ayudarme a mí.

—No soy un chivato. —grito el hombre sin una pizca de convicción haciendo que la sonrisa de Bella apareciera en su rostro. Resultaba difícil tomarse en serio a un tipo que calzaba botas de cuero negro hasta las rodillas y temblaba—. Es posible que en mi vida haya cometido algunos errores pero eso no significa que vaya a contarle...

Bella alzó una mano y lo interrumpió con una seña. No tenía tiempo para escuchar la historia de aquel tipo.

—No tienes que contarme nada, lo único que tienes que hacer es moverte para que yo pueda salir y seguir haciendo mi trabajo. ¿Lo harás, Felix?

Asintió pero no se movió.

Bella se recordó que, con toda probabilidad, el hombrecito no era ni seria un hombre listo. Y estaba más colocado que el demonio. Eso era lo único que le permitía aferrarse a la poca paciencia que le quedaba.

—Ok, te diré una cosa, Felix. Yo voy a fingir que nunca he visto ese porro y fingiré que nunca me has agarrado por el brazo, pero si lo hago, a cambio tú tienes que hacer algo por mí.

—De acuerdo —asintió Felix sin dudar ni un solo segundo.

Las cosas empezaban a mejorar y por fin Bella notó que la tensión de sus hombros disminuía.

—Tienes que moverte —le instó, con un gesto de la mano—. Estoy buscando a alguien, ¿sabes?

—¿Es alguien peligroso? —preguntó él abriendo mucho los ojos.

—¿Peligroso? —No era la palabra que habría utilizado para calificar al tarado de Edward, pero cuanto más pensaba en ello, más le parecía que encajaba—. Sí, es peligroso —le dijo al motoquero, pero no se molestó en comentar que el máximo peligro lo corrían ella, su equilibrio mental y los deseos de su corazón. A un motorista colocado no tenía por qué explicarle nada más.

—Bueno, pues te ayudaré.

El ofrecimiento de Felix la pilló desprevenida. Bella se acercó como si no estuviese segura de haber oído bien con el ceño fruncido

—¿Cómo dices?

—Para mí será un orgullo ayudarla, señora. —Felix se estiró y echó los hombros hacia atrás—. No puedo permitir que una cosita como usted se meta sola en una situación peligrosa. Dígame a quién quiere cargarse y yo...

—Uf, Felix, espera —le interrumpió ella antes de que dijese una palabra más. No quería pensar siquiera en lo que a el se le había ocurrido—. Lo único que quiero es encontrar a una persona. No voy a arrestar a nadie ni quiero que nadie se lo cargue. Se trata de un hombre. El que estaba a mi lado cuando hacíamos cola.

Felix entrecerró los ojos para intentar recordar.

—¿El tipo de la camisa roja, quiere decir? ¿Ése un poco raro, con gafas?

Si hubiese tenido tiempo, definitivamente a Bella le habría encantado hacer una pausa y saborear la posible reacción de Edward ante aquella descripción. Se prometió que más tarde se reiría de ello.

—Sí, ese tipo. ¿Lo has visto?

—No —respondió el tipo después de pensar un instante—, pero puedo ayudarla, señora. Si quiere, puedo ayudarla a encontrarlo.

Bella sabía que no era buena idea. Nunca era inteligente implicar a civiles en asuntos policiales, por más insignificante que pudiera parecer la implicación. Pero el pabellón era un lugar enorme y había perdido de vista a Edward hacía ya demasiado rato. Siendo dos, podrían abarcar más terreno.
Asintio rápidamente, asumiendo que tendría que asumir algunas consecuencias.

—ok, pero solo quiero encontrarlo, ¿comprendes, Felix? —Le dedicó una mirada larga y dura esperando hacerse entender—. Nada de peleas ni cosas por el estilo. ¿Entiendes? —El asintio y Bella avanzó hacia la puerta—. Entra en los otros lavabos de hombres y pregunta a todo el mundo. Yo hablaré con la gente de los tenderetes. Volveremos a encontrarnos aquí dentro de un cuarto de hora.

—Sí, señora!!

Bella estaba mas que segura que Felix la habría saludado a lo militar si ella le hubiese dado el tiempo pero solo camino hacia la puerta y el se hizo a un lado para dejarla pasar.

—Ah! Y Felix??- el la miro preocupado y ella señalo el cigarro en el suelo- Haz desaparecer ese porro —

—Sí, señora. —Felix pisó el canuto, lo recogió y lo tiró a la papelera más próxima.

—Y ahora, vamos. —Bella se hizo a un lado para que Felix saliese primero. Esperó un par de segundos y luego lo siguió. Prefería no tener que explicarle a nadie qué hacia en el baño de hombres con un tipo como el.

Al salir, hizo una pausa lo bastante larga para tomar aire y tranquilizarse. Ya volvía a estar dispuesta a reemprender el trabajo. No había caminado ni tres pasos por el corredor cuando oyó la asombrada voz de Alice a sus espaldas.

—¿Rose? ¿Qué demonios hacías con ese tipo en el baño de hombres?

*******************

—Así que ésta es la historia. Eso es lo que necesito que hagas.

Seth asintió y cerró la pequeña libreta forrada de cuero en la que había escrito abundantes notas mientras Edward había estado hablando. No formuló preguntas y, aunque a Edward no se le escapó el destello en sus ojos cuando vio lo que se traía entre manos, no perdió el tiempo expresando su admiración con palabras. Típico de Seth. Era tan inteligente como el que más, pero siempre prefería quedarse en segundo plano, poniendo en marcha las cosas sin darle demasiado bombo al proceso.

Fue justo lo que el esperaba y lo agradeció. No tenían tiempo para conversaciones triviales.

—Puedo ocuparme de ello esta mismisima noche, desde el hotel —dijo su amigo—. Llamaré a Suiza. Demitri se alegrará de poder ayudarnos. —Seth sonrió y Edward supo qué significaba esa sonrisa.
Demitri vivía muy bien gracias a las cuantiosas comisiones que ganaba por administrar una pequeña parte de la fortuna de Edward. Seguro que colaboraría, el lo sabía, aunque la llamada a Zúrich tuviera lugar en una hora intempestiva.

—Gracias, Seth. No sabes cuanto lo agradezco. Te agradezco todo lo que has hecho. —Edward palmeó la espalda de su amigo. Se hallaban en una habitación en la que había un gran aparato de refrigeración, escobas, mochos, fregonas, cajas de fusibles y cables. Edward y Seth estaban más bien apretujados, este último sentado en un cubo de basura tamaño industrial mientras que Edward estaba de pie con la espalda contra la puerta—. Nunca imaginé que necesitaríamos ese plan tuyo tan idiota —admitió—. Me alegro de que me lo sugirieses.

—Ya no parece tan idiota, ¿verdad? —Con un gesto de la mano, Seth pasó por alto el comentario de Edward, que casi increíblemente había sonado a disculpa—. Lo que me alegra es que estés en manos de los buenos y no de los malos. He estado muy preocupado, Cullen. Todos hemos estado muy preocupados. De repente, un falso repartidor de pizzas intenta matarte en la oficina, luego desapareces. —Sacudió la cabeza, desconcertado—. No imaginas el alivio que sentí cuando me llegó el cargo de la tarjeta de crédito. Cada día iba a la central de correos de la empresa y preguntaba si había llegado algo a mi nombre. Debían de pensar que me había vuelto loco. Entonces, un buen día, como por arte de magia, llegó el comprobante.

Edward miró por encima de su hombro. Al otro lado de la gruesa puerta de metal se oían voces y pasos. Eso significaba que el espectáculo estaba a punto de terminar y que ya no disponía de más tiempo. Tenía que sacar de allí a Seth antes que Bella los encontrara. No quería que le hiciera preguntas, mucho menos en aquel momento, pues estaba a punto de arreglarlo todo.

—Rayos....Me gustaría que tuviésemos más tiempo, maldita sea! —Edward se pasó una mano por el pelo. Había pasado ya algún tiempo desde que se lo cortaran en la central del FBI en Nueva York. Por detrás, ya le llegaba al cuello de la camisa y, por delante, le caía sobre la frente. Se lo apartó con una mano—. Me gustaría saberlo todo sobre ese proyecto del Mar del Norte, y sobre la adquisición de Megatron. También me gustaría enterarme de lo del simposio, no me creo que Gates tuviese el aplomo de presentarse allí, delante de todo el mundo y...

—WWoooouu -Seth solto una risita complice- Me alegro de que nada haya cambiado .Eres el mismo Edward de toda la vida. Me alegro de que estés bien.

—Depende de cuál sea tu definición de «bien». —En el momento en que cruzó aquella puerta se había quitado sus ridículas e incómodas gafas. Se frotó el puente de la nariz con dos dedos—. Dios mío, Seth, nos tienen viviendo en un barrio de esos que yo no sabía ni que existían, tengo una casa con vistas panorámicas a una acería y...

De repente se calló antes de llegar demasiado lejos. No estaba seguro de qué había en lo más recóndito de su mente, pero algo le impidió decir una sola palabra más. Tal vez tema que ver con la forma en que Seth lo miraba cuando le había hablado del lugar donde vivía. Al parecer parecía atender a cada palabra. Pero, ¿de dónde salía ese interés?

Tan pronto como aquella idea cruzó su mente, la rechazo, se estaba volviendo como tan paranoico como Bella, que veía fantasmas en las sombras de las paredes, cuando todo lo que tenía que ver era que su amigo Seth había acudido a ayudarlo cuando más lo necesitaba.

Sintio culpa por creer que Seth podría ser el soplon y esperando enmascarar lo que parecía un gran abismo en la conversación, se echo a reir.
—... y la carrocería de un Chevrolet del setenta y nueve en el jardín.

—Lo siento, jefe. —su amigo contuvo la risa. Miró de nuevo a Edward e intentó borrar de su rostro cualquier vestigio de sonrisa. Pese a que había querido tomárselo en serio, casi se había carcajeado.

En sus ojos brilló un deje de auténtica diversión y Edward suspiró aliviado. Maldita fuera Bella, haciéndole estar siempre pendiente de peligros que no existían. Era ella quien le había hecho cuestionarse la lealtad de quien era su mejor amigo desde hacía muchos años.

—Y si piensas que eso está mal, tendrías que ver el resto del barrio. —En aquellas revelaciones había algo que le hacía sentir poderoso, el controlador de la situación. Al demonio con la cautela. Al demonio con los rodeos. Al demonio con Bella. Seth era su amigo y podía contárselo todo para demostrarle a ella que nunca lo traicionaría—. La casa de enfrente es de un color amarillo tan horrible...

—Lo siento de veras. —Seth ya no podia controlar la risa. Alzó una mano para pedirle a Edward que callase hasta recuperar la compostura—. Lo siento, pero cuesta tanto imaginar todo eso. Cuando te vi en la platea, ni siquiera estaba seguro de que fueses tú. Esa horrible camisa y esas gafas... —Sacudió la cabeza, asombrado—. Hacerte vivir así demuestra lo locos que están.

—No ha sido fácil, Seth, te lo juro. —Le sentaba bien estar con alguien que comprendiese lo que había tenido que sufrir—. Cuando todo esto termine, lo celebraremos. Iremos al albergue de Canadá y podrás traer a tu mujer y a los niños..
.
—¿Y tú? ¿A quién traerás?

La pregunta de Seth lo pilló por sorpresa. Miró a su amigo y vio que le brillaban los ojos y que había esbozado una leve sonrisa, pero Edward lo conocía lo suficiente como para descifrar esa contemplativa expresión. Seth era perspicaz con su vida íntima como lo era en los negocios. Para tratarse de una persona sincera como un libro abierto, sabía cómo sonsacar información.

—¿Cómo lo has sabido?

Seth salto del bote de basura y metió la libreta en el bolsillo trasero del pantalón, se compuso la camiseta amarillo neón.

—No es necesario ser un genio. Vi cómo intentabas ayudarla cuando se produjo la refriega en el pabellón. Tu manera de mirarla... Bueno, hace mucho tiempo que te conozco, te he visto con cantidad de mujeres, pero nunca has mirado así a ninguna de ellas.

Edward se encogió de hombros. Como respuesta no era gran cosa y Seth no estaba dispuesto a aceptarla. Hizo una pausa, esperando que su jefe dijese algo más y éste se preguntó dónde se había metido. Acababa de convencerse de que podía contárselo todo, ¿pero podía contarle también aquello? ¿Podía hablarle de Bella?

En cierto modo, se sintió más vulnerable hablando de ella que contándole dónde vivía. Pero estaba en deuda con su amigo, estaba en deuda con él por el trabajo de tantos años y por haberse presentado allí esa noche. Estaba en deuda con él porque había puesto en tela de juicio su lealtad y eso le hacía sentir muy culpable. Suspiro profundo y lo miro.

—Es una mujer increíble —dijo rápidamente —. Lista y obstinada y valiente y...

—¿Te has acostado con ella?- la pregunta de Seth lo dejo sin palabra por un momento. Edward no estaba acostumbrado a admitir derrota alguna, sobre todo cuando se trataba de mujeres

—¿Me creerías si te dijese que no? —respondió con dudas
.
—¡No, demonios! —rió Seth- Pero te creo cuando dices que es lista. Eso significa que será mejor que salgamos de aquí antes de que nos encuentre. —Se dirigió a la puerta—. Una cosa más, Edward . —Seth dudó con la mano en el pasador de la puerta—. ¿Estás seguro de esa mujer?

—No estoy seguro de nada. —Eso fue lo más cercano a admitir que, hacía unos minutos, tampoco estaba seguro de él. Se encogió de hombros para librarse de las dudas que le quedaban—. Ni siquiera lo estoy respecto a quién soy. —Se puso las gafas de nuevo—. Tal vez me he convertido ya realmente en Emmett Mcarty. Lo único de lo que estoy seguro es que te agradezco que me hayas ayudado. Gracias, amigo. —Le tendió una mano cosa que Seth tardo un poco en responder. Pero Edward se dijo que no habia porque dudar de el.

—Cuídate, ¿eh? —murmuró Seth, antes de salir.

Cuando Edward llegó al corredor, lo único que pudo ver de Seth fue el destello de su camisa amarilla mientras se dirigía a la puerta principal y salía a la sofocante noche de Forks.

¿Había cometido un error confiando en Seth? Edward hizo caso omiso de aquella pregunta, en cualquier caso, era demasiado tarde para conjeturar. Demasiado tarde para preocuparse. Lo único que importaba era ver si tenía tiempo de salvar a Jacob Black. Eso y lo que tendría que contarle a Bella cuando se encontrasen.

*******************************

—Oh por dios!! Mira que encontrarme de esta manera con mi primo Felix...

Bella rió con todo el entusiasmo que fue capaz de reunir; mientras, siguió observando a la multitud por encima de los hombros de Jasper y Alice. No le daba vergüenza mentir a las dos únicas personas a quienes consideraba de la familia en una ciudad donde su boda, sus antecedentes e incluso su identidad eran un montaje.

—Pero estabas en el lavabo de hombres...

Bella no tuvo que mirar a Alice a la cara para saber que estaba horrorizada. Su voz bastaba para transmitir el mensaje en voz alta y bien claro. A Bella le remordió un poco la conciencia, no por haber entrado en lo que, al parecer, era el territorio sacrosanto de los hombres, sino porque haberlo hecho había molestado a Alice.

Dejó de observar a la multitud para dedicar una tranquilizadora mirada a su vecina, después le dio una palmadita en el brazo.

—Ya me habría gustado hacerlo de otra manera, pero no podía defraudar a mi tío Ben y a mi tía Eleanor. Vi que Felix iba hacia el lavabo con un porro en la mano...

—Un cigarrillo de marihuana —comentó Jasper a Alice por si no lo habia entendido.

-Hay! Jasper sé lo que es. —Alice lo miró irritada y volvió a centrar su atención en Bella.

—Y no puedo permitir que lo arresten otra vez, por lo que intenté impedirlo. Ha sido cuestión de suerte. —Bella se inclinó hacia ellos y bajó la voz—. Los guardias de seguridad llegaron al cabo de un minuto. Lo habrían arrestado en un abrir y cerrar de ojos.

—Menos mal. —Tras atender a todas y cada una de las palabras de la historia, Alice se agarró del brazo de Bella con ambas manos—. ¿Pudiste ayudar al pobre muchacho?

—Sí, creo que sí. —Desde que había conocido a los vecinos, aquélla era la primera vez que estaba siendo absolutamente sincera con ellos—. Creo que le he dado buenos consejos.

—¿Y tú, estás bien? —Jasper estaba dispuesto a olvidar enseguida el incidente de Bella en el lavabo de hombres, por lo que suspiró aliviada—. Después de la pelea que hubo justo ahí, tú y Emmett desaparecisteis y estábamos preocupados.

—Yo también estoy un poco preocupada —dijo Bella mas para sí.

El espectáculo acababa de finalizar y la gente había empezado a salir del recinto. Varios grupos se arracimaban junto a los tenderetes. Después de tres horas de golpes y puñetazos, los aficionados estaban de lo más excitados. Gritaban y vociferaban, soltaban insultos y fanfarroneaban. Unos comenzaron incluso a pegarse, y Bella vio cómo los de seguridad corrían a controlar la situación.

Si con el corredor vacío había sido imposible encontrar a Edward, invadido por los hiperactivos fans de la lucha iba a ser mucho más difícil; por no decir imposible. Observó de nuevo a la multitud antes de volverse hacia Jasper y Alice.

—No han visto a Emmett, ¿verdad? —Ambos sacudieron la cabeza al unísono—. Mierda —gruñó Bella, y siguió rastreando.

—No te preocupes. —Jasper le dio una palmada en el brazo—. Emmett es un tipo listo aunque a veces no lo parezca. Ya sabrá cómo encontrarnos. Ahora que la velada ha terminado, volverá a los asientos en los que estábamos. Es la manera más lógica de encontrarnos y, además, nosotros tenemos el coche que ha de llevarlo a casa. Si nos quedamos aquí, nos encontrará enseguida.

Jasper tenía razón. Esperar era lo más lógico, mucho más lógico que correr de acá para allá por los pasillos de aquel enorme edificio. Si hubiese estado segura de que Edward podía volver a los asientos, se habría quedado tranquila, pero ¿y si no podía? Y si Vulturi ya lo tenia? Aquella pregunta la carcomía. Las dudas recorrían su piel como unos gélidos dedos, helándola hasta los huesos. ¿Y si no habían sido ellos solos los que habían ido a ver la velada de lucha? ¿Y si realmente Aro Vulturi se encontraba entre la muchedumbre, vigilando a Alex? ¿Y si...? Sintio el pánico recorrer cada uno de sus huesos. Sintio como llegaba al borde del precipicio del pánico y se detuvo. Ser presa del pánico no le haría ningún bien,; eso ya lo sabía. Vio a un policía de uniforme de Forks y pensó en pedirle ayuda. Llegados a ese punto, revelar la identidad de Edward y la suya propia era menos importante que encontrarlo con vida.

Se disculpó sin molestarse en explicarle a los vecinos dónde iba y se acercó al joven policía, pero antes que llegara hasta el Alice le grito a sus espaldas.

—¡Está aquí, Rose! ¡Emmett ya está aquí! ¡Y está con tu primo Felix!

Bella se volvió justo a tiempo de ver a Felix Sedgewick Tercero caminando entre la multitud, con una fina sonrisa en los labios, los hombros erguidos y llevando a Edward agarrado del cuello de la camisa. Aunque Edward no era un tipo pequeño, Felix contaba con la ventaja de haberse alimentado de comida basura toda su vida y de una expresión en los ojos que indicaba que se sentía comprometido con algo así como una misión divina. Medio tirando de él y medio arrastrándolo, lo dejó junto Bella.

—Buen trabajo. —Bella no pudo contener una sonrisa y alzó el pulgar en señal de triunfo.

Ahora Edward no sólo estaba vivo sino que se le veía tan avergonzado que Bella deseó haber tenido una de esas cámaras de usar y tirar con la foto de Malagasi Cobra. Si los momentos Kodak existiesen, aquel debería ser uno de ellos; Edward no estaba tan seguro. Se alisó las arrugas del polo, se enderezó el cuello y se pasó una mano por el cabello. Lanzó una furiosa mirada a Felix y otra igualmente cordial a Bella.

—Podría haberme desembarazado de él en cualquier momento —masculló—, pero no quise montar un numerito.

El alivio que Bella había sentido al verlo se posó en su interior y le calentó las entrañas, pero aquella gratificante sensación duró sólo hasta recordar lo mal que Edward se lo había hecho pasar.

—Qué comentario tan maricamente machista. —Dejó de lado sus sentimientos de cariño a cambio de una saludable dosis de ira que la recorrió como un relámpago. Sabía que si le decía una palabra más, se echaría a gritar como una posesa, por lo que se volvió hacia Felix y le dijo—: ¿Dónde lo has encontrado?

—Por ahí —señaló el grandulon—solo caminando por ahí.

—¿Solo?

—Sí.

—¿Lo has visto hablando con alguien?

Esta última pregunta fue la gota que colmó el vaso. Edward se plantó frente a lla y movió una mano ante sus narices.

—Hola —le dijo—. Estoy aquí. ¿Por qué no me preguntas a mí?

—Oh, sí, estás aquí —dijo Bella con todo el sarcasmo que pudo, a la espera de que él lo notase—. Qué curioso, la última vez que te vi, salías del auditorio. Qué cosa tan típica tuya, largarte así como así, sin decir nada. ¿Qué demonios crees que...?

—¿No vas a presentarnos? —Saludando con una sonrisa, Alice se metió entre Edward y Felix con Jasper siguiéndole los pasos—. ¿No es sorprendente que en un sitio tan concurrido como éste te encuentres precisamente con el primo de Rose?

—¿Qué primo? —preguntó Edward.

—¿Primo? —repitió Felix casi al mismo tiempo—. Y por cierto, ¿quién es Rose?

Había llegado el momento de dejar de pensar y pasar a la acción. Bella agarró al mastodonte por el brazo y lo llevó donde los demás no pudieran oírlos.

—Gracias, Felix —le dijo, estrechándole la mano. No se le ocurría otra manera más efectiva de insinuarle que el juego había terminado—. Sin ti, nunca lo habría conseguido.

—Sí, pero...

—No hay peros que valgan —le dijo ella con la típica mirada de agente del FBI—. Has hecho un buen servicio a tu país. No hagas preguntas. Lo tengo todo controlado. Así pues, deberías ir pensando en salir de aquí...
La mirada funcionó y Bella tomó nota de ella mentalmente para volver a utilizarla cuando fuese necesario.

—Sí, señora —asintió el hombre, antes de encaminarse hacia la puerta.

—Tenía que irse —les dijo Bella a los demás cuando volvió a reunirse con ellos—. El chico ha tenido un día muy ocupado.

—Todos tenemos que irnos —suspiró Jasper, dirigiéndose hacia la salida más cercana—. Con toda la emoción de venir aquí y luego esa pelea... No me había divertido tanto en toda mi vida. Ha sido excitante, ¿verdad? —Soltó una larga y ruidosa carcajada—. Esta noche voy a dormir como un tronco.

—Pues yo apuesto a que Rose y Emmett no dormirán como troncos. —Alice se volvió y le guiñó un ojo a Edward—. Esta chica no soporta perderte de vista ni un momento.

—¿De veras?

Definitivamente si Bella detestaba el aspecto petulante de Edward ahora lo odiaba con todo su ser al oir esa petulancia en su voz. Era la maldita petulancia en persona. Aunque se preguntaba dónde habría ido y qué habría hecho, sabía que sería inútil sonsacárselo.

Nunca se lo diría. Se acercó a él, lo tomó del brazo y salieron juntos del recinto.

—Pues sí, es cierto. —Le dedicó la sonrisa más dulce que fue capaz de fingir pasando por alto su enfado—. Y aquí y ahora, Emmett, voy a prometerte una cosa. “Esto” –dijo señalándose a ella y luego a el- No ocurrirá nunca más, voy a vigilarte siempre, aunque eso signifique esposarte a la cama.

—¿Eso es una promesa? —La sonrisa de Edward fue tan malévola como las centellas que brillaron en sus ojos.



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ok, chicas...que les parecio??
A mi en lo personal Edward Cullen me desespera!!!
En fin, ya se viene un lemmon pero aun estoy necesitada de ayuda.
Esta semana no las chantajeare pero la siguiente si.jajajja les parece.
No prometo cuando subire el siguiente por que no lo se.
BESOS LAS ADOROOOOO

GRACIAS POR COMENTAR

*NENY*

Afilianos ^^

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